Desde el año pasado que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires volvió a trabajar en iniciativas para ponerle freno al avance de los cuidacoches en el distrito pero el intento se frustró debido al poco apoyo de la oposición aunque en un sector del PRO insisten con la prohibición total de la actividad.
“Necesitamos que todos los sectores políticos tomen conciencia de que los llamados trapitos no son otra cosa que la cara visible de organizaciones mafiosas que lucran con la necesidad y el miedo, mediante herramientas extorsivas difíciles de probar, como queda demostrado con los datos oficiales del Ministerio Público”, sostuvo el legislador macrista Roberto Quattromano.
Quattromano y el vicepresidente 1° de la Legislatura porteña, Cristian Ritondo, presentaron una iniciativa que prohíbe de manera total la actividad de los trapitos en todo el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires, salvo en aquellas zonas en las que el Estado permite la actividad para algunos grupos especiales de personas, mayormente ancianos.
El Ministerio Público Fiscal de la Ciudad, a cargo del ex legislador del PRO Martín Ocampo, difundió un informe en el que se indica que de las 3.191 denuncias radicadas durante 2013, el 94,9% se disolvió por falta de pruebas, mientras que otro 4,8% fue reducida a una simple contravención.
En la maratónica sesión del 5 de diciembre 2013, para sancionar esta iniciativa, el macrismo puso en práctica la estrategia que suele emplear en el Parlamento porteño: aprovechar de su mayoría y convencer a bloques aliados para entre gallos y medianoche aprobar la norma. Pero nunca consiguió los números ni el apoyo opositor y el expediente jamás pudo ser puesto en consideración.
Esto sucedió por varias razones pero la más fuerte fue que la oposición impulsaba la creación de un registro de trapitos para así regularizar la actividad, algo que el macrismo desechó de movida y adelantó que jamás acompañaría. El proyecto de la oposición data del año 2011 pero también fue reflotado este año, por el Frente para la Victoria.
“Pretender regular la actividad, como quiere la oposición, es negociar el espacio público, y eso es lo que no estamos dispuestos a hacer desde el PRO”, se defendió Quattromano, la mano derecha de Ritondo en la Legislatura.
A sabiendas de que la oposición no aceptaría fácilmente el proyecto para prohibir la actividad, el macrismo decidió realizar jornadas para discutir el tema con vecinos, expertos y legisladores de todos los espacios, con el objetivo de “blanquear” la prohibición.
Para eso, se convocó a vecinos, organizaciones no gubernamentales, vecinos, periodistas, expertos en seguridad y justicia a una jornada de disertación que se llevó a cabo el martes 27 de mayo en el Salón Presidente Perón de la Legislatura porteña.
Pasó la jornada (aún quedan dos eventos más) y el tema se enfrío nuevamente, al igual que el año pasado, pero desde el PRO peronismo reflotaron el tema una vez más y apuran la decisión de la oposición.
Según pudo saber Letra P, el macrismo negociaría con un sector del interbloque UNEN y con el bloque de Graciela Ocaña (Confianza Pública) para avanzar con la prohibición, debido a que el kirchnerismo no está dispuesto a acompañar su iniciativa y pretende profundizar la idea de armar un registro.
El proyecto de Ritondo y Quattromano modificaría el Código Contravencional por lo que será examinado próximamente por las comisiones de Justicia y Asuntos Constitucionales de la Legislatura porteña, ambas dirigidas por legisladores del PRO.