Urtubey, un presidenciable con escala en la Corte

Antes de lanzarse a la carrera presidencial quiere ser electo por tercera vez en Salta. El revival de Romero y el fantasma del caso Zamora. Contactos con Maqueda y la amenaza narco.

El gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, ya mira con preocupación hacia la Corte Suprema. Y es que el alto tribunal es dónde sus aspiraciones reeleccionistas podrían encontrar un freno tal como le ocurriera a Gerardo Zamora en 2013 cuando intentó ser reelecto en Santiago del Estero por segunda vez. La Corte lo inhabilitó, la elección se suspendió y el caudillo terminó en el Senado y su esposa como gobernadora. 

 

El plan de Urtubey es llamar a elecciones a gobernador en Salta en el próximo mes de abril para luego proyectarse a nivel nacional y ya tener asegurada la oficina que actualmente ocupa. Pero Juan Carlos Romero está de regreso con otros planes

 

Quien fuera durante años el hombre fuerte de la provincia ya apuesta a su regreso y tiene el apoyo del PRO y de la UCR. Antes que los slogans de campaña se buscó buenos abogados e inició en los últimos días un acercamiento hacia la Corte, puntualmente a la vocalía de Juan Carlos Maqueda. Apuesta a judicializar la pelea y dejar a Urtubey sin posibilidad de ser nuevamente reelecto a pesar de que este interprete que todavía le corresponde un mandato más. Es el mismo caso de Zamora.

 

En la Corte Urtubey tiene un antecedente negativo: a Ricardo Lorenzetti nunca le gustó el mecanismo del tribunal superior de justicia salteño, cuyos miembros no son vitalicios sino que se renuevan desde el sector político cada seis años. Estos los haría demasiado sensibles a las reacciones de la política.

 

El gobernador por ahora se maneja cerca de Julián Domínguez a quien considera un aliado, especialmente por la relación cercana que ambos tienen con las líneas más recalcitrantes de la Iglesia. Ha moderado su lenguaje y ya no organiza esas cenas que hace dos años tenían lugar en el Club Vasco Francés del barrio de Congreso en la cuales el gobernador se quejaba: “estoy muy cansado de estos progres berretas que nos gobiernan”. Lo escuchaban históricos del PJ como Miguel Angel Toma pero también sindicalistas como Gerardo Martínez o incluso el cuestionado juez federal Claudio Bonadio.

 

Ahora Urtubey espera, al igual que tantos otros, algún gesto de Olivos. Le juega en contra que Carlos Zaninni no confía en él y no se trata solo de ideas o expresiones: lo ubica entre los responsables de que, desde hace seis meses, todos los jueces del norte del país denuncian en los medios que la frontera con Bolivia es un colador. “A veces la inoperancia obsesiva se torna en colaboración”, le dijo un camarista del norte al ministro Sergio Berni hace pocos días.

 

A estas impresiones se suma que el año pasado desde Casa Rosada pidieron expresamente que su hermano, José Urtubey, no sea el presidente de la UIA, de ahí el retorno de Héctor Méndez

 

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