“El derecho a huelga lo tiene cualquiera de los gremios si hay razones justificadas que la lleven a la práctica. Pero hoy no encuentro razones justificadas para presentarse de esa manera, y me da la sensación que tienen un fuerte componente político partidario, y que están abonando al sector al que pertenecen”, sostuvo el senador Aníbal Fernández sobre la huelga general lanzado por las centrales sindicales de Moyano, Micheli y Barrionuevo.
El titular de la comisión de Legislación Laboral de la Cámara de Diputados Héctor Recalde criticó que los mismos sectores que convocan al paro el día de mañana son los que denunciaron que “el Gobierno iba a poner techo a las paritarias”, cuando hoy se advierte claramente que “los porcentajes de firmas de las paritarias que se cerraron, y las otras que siguen funcionando, no tienen ningún techo”.
“La mayoría va a ir a trabajar”
Además, el Ministerio de Trabajo publicó hoy una solicitada en varios matutinos nacionales en la que detalla las actividades y entidades sindicales que no adhieren al paro general de mañana, convocado por las centrales obreras disidentes conducidas por Hugo Moyano y Luis Barrionuevo.
“Mañana la mayoría de los argentinos quiere trabajar”, sostiene el texto y remarca que “no adhieren” a la medida las actividades “industrial, comercial, bancaria, docente y de servicios públicos (con la excepción del transporte)”.
La lista elaborada por la cartera que dirige Carlos Tomada incluye a la Unión Obrera Metalúrgica (UOM); el Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA); la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA); y el Sindicato de Peones de Taxis.
También figuran Luz y Fuerza; el Sindicato de Empleados de Comercio; la Unión Ferroviaria; la Asociación Bancaria; y el gremio que agrupa a los trabajadores del subte (exceptuando a la línea B que adhiere a la huelga).
Además, forman parte de la nómina de entidades sindicales que no respaldan la medida aquellas que representan a los docentes CTERA, UDA, AMET, SADOP y CEA; la Federación Argentina del Petróleo, Gas y Biocombustible; los aeronáuticos enrolados en APA, APLA y UALA; y gremios de la alimentación, entre muchos otros.
Por su parte, el jefe de Gabinete Jorge Capitanich afirmó hoy que la adhesión de un sector del transporte a la medida de fuerza “obstaculiza el legítimo derecho de huelga”, y cuestionó los cortes y piquetes anunciados por agrupaciones sociales y políticas en puntos de acceso a la ciudad, el conurbano y el interior del país.
“Es imposible medir el apoyo a un paro si el resto de los trabajadores, que no lo quieren hacer, no tienen colectivos, trenes, subtes”, graficó Capitanich, para quien los piquetes “no tienen nada que ver con esa garantía del derecho de huelga”.
Además, juzgó “absolutamente imprescindible” que el derecho a una medida de fuerza esté “asociado a utilizar todos los medios de transporte”.
Con una tónica similar, el titular de la CTA, Hugo Yasky, opinó hoy que el paro general “es un contrasentido absoluto para los trabajadores”, porque “no representa sus intereses” y aseguró que la “mayor parte del espectro sindical no acompaña la convocatoria”.
Incluso, criticó el hecho de que la huelga haya sido ideada en el inicio de las negociaciones paritarias, que “se desarrollan en un marco de absoluta libertad, incluso con algunos gremios que, como el caso de los docentes, recurrieron a medidas de fuerza”.
“Convocar a un paro después de haberse reunido con la Sociedad Rural y con los grupos económicos más poderosos, después de haber recorrido ExpoAgro y de haber estado sentados con los sectores políticos que representan los intereses de esos grupos, es un contrasentido absoluto para los trabajadores”, fundamentó.
La Unión Ferroviaria ratificó que no adhiere a la medida de fuerza y opinó que “no se le puede hacer un paro a un gobierno que en 10 años de gestión ha estado siempre del lado de los trabajadores”.
El secretario general de la CGT y titular de la Unión Obrera Metalúrgica, Antonio Caló, consideró innecesaria la huelga por entender que “no hay motivo para hacer un paro de 24 horas”.
“En estos momentos es mejor dialogar que hacer un paro”, opinó Caló, aunque aventuró que el acatamiento a la medida “va a ser grande” porque “el sentido común dice que si parás colectivos y trenes, la gente no puede llegar a su trabajo”.
El secretario general del SMATA, Ricardo Pignanelli, sostuvo que se trata de una medida “que le conviene a los dirigentes gremiales y a los medios”, pero no a los trabajadores, y que fue convocada para “deteriorar al Gobierno”.
El titular del PJ porteño y del gremio de los encargados de edificios, Victor Santa María, consideró que la huelga “no se corresponde con la realidad de los trabajadores” e ironizó con que fue convocada “por la mesa política del Frente Renovador”.
El diputado nacional del Frente Renovador José Ignacio De Mendiguren fue otro de los que se pronunció en contra del paro y resaltó que en los últimos meses las variables económicas se estabilizaron.
Desde la vereda opuesta, el secretario general de la CGT-Azopardo, Hugo Moyano, ratificó hoy la realización del paro en reclamo de que “no haya techo” para las paritarias, que “se elimine el mínimo no imponible y que la asignación familiar sea para todos los trabajadores”, entre otras cuestiones.
Durante una conferencia de prensa realizada en el edificio de la CGT de la calle Azopardo y acompañado por Luis Barrionuevo y Pablo Micheli, Moyano anunció las reivindicaciones que motorizan el paro convocado para mañana y negó que sea una medida de fuerza “política”.
El dirigente camionero dedicó varios momentos de su alocución para criticar al secretario General de la CGT, Antonio Caló, y responsabilizó al gobierno por la seguridad durante la medida de fuerza.
El delegado gremial de la línea de trenes Sarmiento y dirigente de Izquierda Socialista, Rubén Darío “Pollo” Sobrero, defendió la metodología de cortes y piquetes como forma de protesta y negó que esos bloqueos impidan a la gente llegar al trabajo.