“Será la primera vez que el diputado (Aníbal) Ibarra no festeje su cumpleaños en la sesión. Lo vamos a dejar solo el 1° de marzo”, dijo sonriendo y dirigiéndose a Cristian Ritondo, el vicepresidente primero del recinto que lo acompañaba a su izquierda.
A la derecha, la vicejefa de la Ciudad, María Eugenia Vidal; enfrente, el jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta. Tres precandidatos a sucederlo en el 2015 lo miraban de cerca.
Precisamente Ibarra fue uno de los legisladores que más dialogó con el Esteban Bullrich, el cuestionado ministro de Educación, antes de que comenzara la sesión especial. “¿Qué le dije? Hablamos sobre las propuestas que se podrían implementar y que la inscripción online debería haber sido probado en dos o tres escuelas para después aplicarlo a todo el sistema”, dijo después.
Graciela Ocaña también charló durante varios minutos con Bullrich. Ambos legisladores, aunque son críticos de la gestión, mantienen una relación de respeto mutuo hacia el funcionario.
El recinto de sesiones estaba colmado. Además de los diputados había invitados especiales como los embajadores de varios países y representantes del PRO en otras provincias y el Congreso de la Nación. Se lo pudo ver juntos a Javier Mac Allister y Aldredo D’Angeli, macristas de La Pampa y Entre Ríos respectivamente. Además una tribuna de militantes que le puso condimento de cancha al discurso de Macri.
Ellos alentaron algunos de los comentarios de su jefe político, sobre todo cuando centró su mensaje en defensa de su política en Educación. “Se ve, se siente, Mauricio presidente”, soltaban desde las gradas. “Mauricio, Mauricio, Mauricio corazón, acá tenés los pibes para la gobernación”, decían efusivamente, en una emulación al grito de guerra de La Cámpora que brama: “Cristina corazón, acá tenés los pibes para la Liberación”.
El acompañamiento fue retribuido media hora después cuando Macri miró hacia arriba y saludándolos, se golpeó el pecho sobre el costado izquierdo.
Todas no fueron rosas para el jefe de Gobierno. Después de hablar sobre el proyecto Buenos Aires Verde y adelantar las obras que encarará el Gobierno en 2014 relacionadas al tránsito y transporte, un cartel se elevó desde unas de las últimas butacas. “Macri, ni un pibe menos sin vacante”, se leía en la pancarta que elevaba Alejandro Bodart, del MST.
“No habló de las problemáticas profundas y las que mencionó, fue muy superficial”, analizó luego. El legislador fue uno de los más enérgicos detractores de las últimas decisiones de Bullrich, quien pasó gran parte de la sesión con sus brazos apoyados en las piernas y la mirada hacia el piso o su teléfono.
“El jefe de Gobierno habló de educación, pero no se refirió en forma específica a la falta de vacantes ni a las aulas container. Macri dijo que quiere dar debate sobre educación, pero su bloque, el miércoles, impidió que se diera tratamiento a los expedientes relacionados”, analizó Jorge Taina, del Frente para la Victoria, al salir del recinto. La sensación de haber dejado de lado algunos temas de agenda pública, como la toma de un predio en Villa Lugano, cerca del Parque Indoamericano, fue algo que expresaron varios de los diputados de la oposición.
Tras la foto de rigor con los embajadores y otros invitados, Macri se retiró entre sus legisladores que manifestaron su conformidad en la inauguración del año. “Fue un buen discurso, medido y respetuoso”, se le escuchó decir a Ritondo.
A partir de las próximas semanas la Legislatura comenzará a tratar proyectos que antes deberán pasar por las comisiones que ya quedaron definidas ayer. De las 26, el PRO tendrá la titularidad en 14 de ellas y contará con mayoría en 21, lo que podría definir el destino de los proyectos.