La digestión de la derrota electoral del 2013 fue lenta, ralentizada además por la salud presidencial que congeló gran parte de la agenda política del oficialismo en los últimos meses. Pero el escenario cambió -y mucho- desde entonces. Ahora, la presidenta Cristina acumuló fuerzas y vuelve a plantarse como actora principal del Frente para la Victoria con una agenda de actos en los distritos leales primero, y no tanto, más adelante.
La salida de Raúl Othacehé del dispositivo oficialista disparó, además una lluvia de sospechas sobre los demás intendentes, algunas con cierto grado de veracidad, otras simples operaciones para minar el ánimo oficialista.
Lo cierto es que la alarma se accionó y los reclamos de “mimos” políticos que hizo el de Merlo activaron un dispositivo de contención de intendentes: Julio de Vido sentó a varios jefes comunales de distintas secciones electorales para puntear las obras que aún restan financiar y el gobernador Daniel Scioli desplegó un dispositivo similar (ayer con Alberto Descalzo y otros alcaldes de la Primera).
La elección de Florencio Varela como cabeza de playa de esa estrategia no es azarosa: en las últimas jornadas operadores massistas dejaron correr todo tipo de rumores sobre jefes comunales del oficialismo que estaban, garrocha en mano, listos para saltar al Frente Renovador y Julio Pereyra fue uno de los que se corrieron esos venenosos susurros.
Pereyra es el titular de la poderosa Federación Argentina de Municipios y, además, referente principal del Frente Nacional Peronista que armaran junto con Néstor Kirchner en 2010.
Así las cosas, la Jefa de Estado volverá a encabezar un acto en el Conurbano donde además de bajar línea, mechará su discurso con el plan Progresar, el Plan de Precios cuidados y otras misiones que encomendará a los intendentes.