“Cuando estaba en el poder, Castro no recurrió a la fuerza o a la violencia para resolver las crisis y conflictos en las relaciones internacionales, en particular con Estados Unidos”, aseguró Liu Zhiqin, uno de los promotores de este premio que quiere ser la alternativa china a los Nobel.
Desde que anunció su retiro en 2008, “el padre de la revolución cubana se ha dedicado sin pausa a reunirse con dirigentes y organizaciones extranjeras y ha servido a la causa de la eliminación de las armas nucleares” añadió.
El líder máximo cubano es conocido por su apoyo militar a diversos regímenes marxistas dentro y fuera de América Latina, y por haber enviado tropas a Angola, Namibia, Etiopía o Mozambique durante la Guerra Fría.
Fidel Castro propuso y consiguió que la Unión Soviética instalara en Cuba misiles nucleares que apuntaban a Estados Unidos, lo que estuvo a punto de provocar una guerra nuclear en 1962.
Para este premio Confucio, Castro competía con la presidenta surcoreana, Park Geun-Hye, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, o la Organización de cooperación de Shanghai (OCS), un grupo regional asiático.
El presidente chino Xi Jinping se entrevistó con Fidel Castro durante su visita oficial a Cuba en julio pasado.
El premio Confucio fue atribuido en 2010 al ex vicepresidente Lien Chan por una asociación china hasta entonces desconocida, en vísperas del Premio Nobel de La Paz al disidente chino Liu Xiaobo, un gran crítico del régimen comunista, condenado en 2009 a 11 años de cárcel.
En 2011 los investigadores y profesores del jurado escogieron al líder ruso Vladimir Putin por sus “destacables acciones para preservar la paz en el mundo”.
Este año el premio Nobel de la Paz fue atribuido en Oslo a la adolescente paquistaní Malala Yousafzai y a otro defensor de los derechos infantiles, el indio Kailash Satyarthi.
Desde que pasó el poder a su hermano Raúl Castro, Fidel pasa su tiempo entre la escritura y recibir a dignatarios extranjeros de paso por Cuba.