Luego de varias idas y venidas, este jueves 23 de octubre Eduardo Epszteyn envió una nota a la presidenta de la Legislatura, María Eugenia Vidal, comunicándole que no asumirá en el lugar que le corresponde luego de la renuncia de la diputada Susana Rinaldi.
Epszteyn se quedará en la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires para no dejar sola a Cecilia Segura, pareja de Juan Cabandié y representante de La Cámpora en ese organismo porteño que reiteradamente genera dolores de cabeza para el PRO.
Si bien hace días se aseguraba la llegada de Epszteyn a la Legislatura, la decisión política de Unidos y Organizados responde a la búsqueda de no perder peso ni poder en la Auditoría. Entonces, quien reemplazará a Susana Rinaldi será Fernando Muñoz, hombre del riñón de Aníbal Ibarra y vicepresidente de su partido, el Frente Progresista Popular.
En la sesión ordinaria, luego de que el Cuerpo Legislativo avalara el nombramiento como juez de Miguel Converset, se leyó la renuncia de Epszteyn y se le tomó juramento a Muñoz.
“Hemos sumado a un legislador incansable en la defensa de los derechos que menos tienen pero sobre todo incansable en la militancia política que tiene desde los 15 años”, marcó Ibarra luego del juramento.
El cambio de planes fue repentino porque, hasta hace dos días, La Cámpora peleaba por sumar a Fernando Renzi, asesor de Cabandié, a la Auditoría y permitir la llegada de Epszteyn a la Legislatura porteña, sumando un nuevo integrante al bloque del Frente para la Victoria.
Pero como la agrupación creada por Máximo Kirchner no logró asegurarse ambos lugares, decidió cuidar su espacio en la AGC y liberar la banca del FPP para Aníbal Ibarra y uno de sus columnas vertebrales en la Ciudad.
Muñoz asumió este jueves su mandato que finalizará el 10 de diciembre de 2015, cuando se cumplirían los cuatro años desde que Susana Rinaldi llegó a la Legislatura en diciembre de 2011.
A partir de este jueves, la Legislatura porteña cuenta con el total de sus miembros ya que desde que Rinaldi renunció para ir a la embajada de Paris, su banca quedó vacía debido a la indecisión de Epszteyn y la puja política de La Cámpora para no perder poder en la Auditoría.