La jefa del Estado invitó al Palacio del Planalto a los gobernadores de los 27 estados y a los alcaldes de las capitales regionales, y del encuentro participarán varios de sus ministros.
De ese modo, Rousseff buscará comenzar a perfilar el “gran pacto” en torno de un nuevo plan para el transporte público, la asignación del total de las regalías petroleras a la educación y la contratación de médicos extranjeros para ampliar la atención del sistema de salud pública, al que llamó en un mensaje al país el viernes pasado.
La mandataria convocó a ese acuerdo tanto a gobernadores y alcaldes como a líderes de las protestas que vienen sucediéndose en el país desde hace dos semanas y que tuvieron su pico el jueves, cuando 1,9 millón de personas en las calles de 438 ciudades salieron a protestar. Se registraron dos muertos, más de 100 heridos y daños en general.
Rousseff respaldó el derecho de los manifestantes a expresarse pacíficamente, advirtió que no tolerará la violencia y ratificó su compromiso de luchar contra la corrupción, pero no logró desactivar las protestas.
Cientos de miles de personas volvieron a salir a las calles el sábado en 107 ciudades y se produjeron serios disturbios en Belo Horizonte, capital de Minas Gerais.
Las protestas, iniciadas hace dos semanas en San Pablo y limitadas entonces al reclamo para que se derogara un aumento dispuesto a las tarifas del transporte público de pasajeros -objetivo que se satisfizo a mediados de la semana pasada- se extendieron luego al resto del país.
También a otros motivos, como la demanda de mejor calidad en los servicios públicos y mayor presupuesto para la salud y la educación públicas, así como rechazo a la corrupción y al gasto gubernamental en la organización del mundial de fútbol de 2014.