La capital francesa estuvo blindada por más de 4.500 policías, con calles cortadas y paradas de subte cerradas por precaución. La “marea rosa y azul” convocó a unas 150.000 personas, según la policía y más de un millón según los convocantes.
Los manifestantes recorrieron varias calles y avenidas divididos en cuatro columnas, una de ellas del movimiento integrista Civitas, que reunió a menos de 3.000 personas.
Exigieron la convocatoria de un referendo para derogar la ley y la dimisión inmediata de Hollande.
El ministro del Interior, Manuel Valls, informó en conferencia de prensa que 96 personas fueron detenidas.
Pese a las divergencias en las cifras, la movilización perdió la amplitud de las manifestaciones precedentes. El 24 de marzo, 300.000 personas se movilizaron en la capital francesa y el 13 de enero fueron 800.000, según la policía.
La ley “casamiento para todos” fue impulsada por el Gobierno del presidente socialista Hollande, como una de sus promesas preelectorales.
Este miércoles se llevará a cabo el primer casamiento entre dos hombres en Montpellier (sudoeste de Francia), en una ceremonia que contará con la presencia de miembros del gobierno socialista.
Sin embargo, y pese a las divisiones entre los opositores, el movimiento de protesta continúa con su radicalización, principalmente entre los integristas católicos y grupúsculos de extrema derecha.