Durante tres horas, los autores plasmarán pequeñas secuencias de su último libro, editado por Eterna Cadencia. Se trata de un relato que aborda sin concesiones la trata de personas con un lenguaje escatológico en forma de romancero medieval, que retoma el clásico infantil “La bella durmiente” pero situado en un prostíbulo bonaerense.
La técnica utilizada será sobre un papel de diez metros por 1.20 con pintura negra: “Se invitará a quienes quieran participar a hacerlo del otro lado del soporte, aportando lo que se les ocurra, sientan o piensen sobre el tema”, dijo Cabezón Cámara.
Este será el primero de ocho murales que luego se exhibirán en una muestra en la Usina del Arte como un conjunto de pequeños relatos que conforman la trama de Beya; desde el secuestro, pasando por la necesidad de bilocación de la víctima ante la tortura física y psíquica, hasta sus recursos de resistencia y liberación, en caso de que esto último fuera posible.
“La cuestión es sumar visibilidad, aportar lo que uno puede y sabe hacer en contra de una problemática tan desesperante y tan urgente”, resumió la escritora sobre esta iniciativa, auspiciada por el Ministerio de Cultura porteño, que comenzará el domingo a las 15 en el predio ferial de Palermo.