La semana que viene Capitanich –que descartó del diálogo al ex socio y ahora rival de Macri, el diputado electo Sergio Massa- recibirá al Ingeniero para destrabar algunos temas que lo obsesionan. El jefe porteño ya dio señales positivas hacia el gobierno, por ejemplo ya anunció que acompañará desde el Congreso, siempre y cuando “se dé dentro de los parámetros normales” el acuerdo de YPF por la expropiación del 51 por ciento de las acciones de Repsol, un asunto vital para el Gobierno Nacional.
Según informa Diario Z, en su agenda para el diálogo Macri repasará desde temas de educación, transportes, seguridad (“ahora nos entendemos mejor con el secretario Sergio Berni que con su antecesora Garré”, soltó Macri en una entrevista en lunes) hasta los que más le quitan el sueño: los de infraestructura, que son los que le permiten exhibir obras. El entubamiento y redireccionamiento hacia el Río de la Plata de la cuenca del arroyo Medrano es uno de ellos. Según Macri, la lluvia torrencial del 2 de abril pasado, que anegó el barrio de Saavedra y se interconectó con las napas descontroladas de Belgrano, se produjeron porque esa obra no fue encarada. Esa ingeniería requeriría trabajos de adecuación del lado de la provincia, incluyendo el predio donde se levanta Tecnópolis en Villa Martelli.
Macri también planteará algo “muy sencillo” de resolver, que es “correr un metro y medio el alambre” de la autopista que interconecta con el Aeropuerto Jorge Newbery. Quiere, además, habiendo lanzado el plan de educación secundaria para “todos y todas”, combinar desde los ministerios del área la unificación de la currículas, que tanta resistencia causó hace dos meses entre el movimiento estudiantil. Y quiere, además, hacer escuchar su voz en materia de energía e infraestructura: “Vaca Muerta puede significar el despegue definitivo de la Argentina”, dijo.
Pero sus ambiciosas expectativas podrían verse atendidas con solo empezar a dilucidar cómo se van a cobrar y distribuir las rentas del puerto. Sobre todo, las del juego.