Cuando los números finales decretaron el triunfo de Sergio Massa en Buenos Aires, los movimientos dentro del Frente Parala Victoria fueron estruendosos. La derrota en el principal terreno argentino decreta el cambio de estrategia para que un heredero natural tome la posta que dejan Néstor y Cristina. Al igual que en otros territorios, ese momento comienza gestarse en Río Negro.
En la provincia patagónica, luego del asesinato del gobernador Carlos Soria que dejó a Alberto Weretilneck en funciones y que produjera un importante cambio en el sistema público (implementó movimientos y cambios en los Ministerios), comenzó a instalarse cada día más, como lo venía haciendo, bajo el ala del kirchnerismo a través de Miguel Ángel Pichetto, el titular del bloque K en la cámara alta nacional y eso tiene consecuencias.
El rol institucional desde Capital Federal generó el apoyo necesario para que la Nación siga aportando al modelo rionegrino, que se reflejó el fin de semana en las urnas con un triunfo aplastante sobre el resto de las fuerzas, que apenas les hicieron sombra a los candidatos del oficialismo en los distritos. Pero la realidad marca otra situación.
El impulso del resultado no diluye una especial resistencia a Pichetto en la interna que desde hace tiempo genera tendencias en diferentes carteras y estamentos con peso específico.
La sólida figura de Soria, hoy reflejada en el legado de sus hijos Martín (actual intendente de General Roca) y María Emilia (electa diputada nacional) es venerado por la gestión que impulsó a nivel provincial pero dificulta el ascenso sin bloqueos del reelecto senador, quien junto al actual titular del ejecutivo completa la lista de personalidades fuertes en el territorio.
Toda el área que llega del mar a la cordillera atravesó momentos delicados. Los problemas naturales, sumados a la muerte del ex Gobernador, marcaron a fuego a los rionegrinos, quienes acompañaron a fondo el modelo.
El FPV y un triunfo clave
En General Roca, la ciudad que Carlos Soria gobernó y ahora maneja su familia, el kirchnerismo logró un contundente 51.54 por ciento en diputados nacionales gracias a que María Emilia, la joven hija del antiguo mandatario, se candidateara para llegar al Congreso. El impacto también alcanzó la lista de senadores, aunque bajó levemente el porcentaje: 49.55.
Los números en Viedma, la capital, arrojan un logro similar aunque varía en la lista. Para la cámara alta se obtuvo el 46 por ciento mientras que en diputados conquistaron algo más de 42 puntos que también le dieron un amplio triunfo.
El caso paradigmático se encuentra en Bariloche, la ciudad más importante de la provincia y que viene de una situación institucional marcada por la interna que comprometió a las altas esferas del país.
Con algo más de 48 puntos en ambas categorías (senadores y diputados respectivamente), la fuerza ultra K se refleja en el apoyo social que tiene María Eugenia Martini, más conocida como “La dama de Hierro”. La actual jefa comunal de la hermosa ciudad construida sobre el lago Nahuel Huapi, arribó al poder con la salida de Omar Goye, el ex mandatario que quedó inmerso en una polémica destitución.
En ese contexto, y al ser ratificada por el voto popular, Martini se ganó el respeto del mundo político por el comprometido estilo militante, muy reverenciado en los barrios bajos, a pesar de que nadie esperaba que pueda sobrevivir en un territorio crucial para la provincia y Nación.
También es respetada por la clase media, como los gremios de los estatales. Acomodó las cuentas de la comuna y generó inmediatamente un superávit, además de llevar la paz social a los barrios más postergados (el famoso lado B de Bariloche) transparentando el sistema de planes que se distribuyeron en las zonas de la periferia.
Con ese blindaje otorgó los puntos necesarios en un distrito clave para la lista del oficialismo, que juega cada ficha en esa región como si fuera la última.
Bariloche: la madre de las batallas
Otro de los datos jugosos es la situación de la segunda en la lista a senadores, la ex reina de la nieve Silvina García Larraburu, y esposa del empresario Roberto Giglio, quien maneja la cadena de supermercados Todo, que tiene sucursales en buena parte de Río Negro y algunas localidades periféricas de Chubut como Lago Puelo y Esquel.
Reconocida, también, como la “Reina de la Góndola”, Larraburu buscó succionar el apoyo a Goye hasta los momentos previos de su destitución, pero terminó cediendo en la determinación final a pesar de tener representación en las esferas políticas más importantes.
Hoy, mientras la disputa atraviesa los kilómetros de la extensa provincia, el reelecto senador tiene que competir en un panorama adverso, donde existen varias figuras de peso y cada uno disputa para forjar un sólido camino al 2015, donde se contenderá el deseado puesto que posee Alberto Weretilneck, aunque tiene que destronar el peso de la historia.
Ese dato no es menor, porque la atribución de la victoria kirchnerista se basó en la potencia del espíritu del ex titular del ejecutivo porque la lista de diputados, que llevó a María Emilia Soria, alcanzó más votos que Pichetto: casi un punto por delante marcan la cancha y le dan un baño de realidad al espacio, que apenas palpita la interna en medio de elogios a “enemigos” de la Rosada, que reflejan las intenciones de un cargo importante.
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