La primera en saber que continuará en la cárcel, al menos hasta el próximo 24 de noviembre, fue la rusa Ekaterina Zaspa, médica del rompehielos detenido el pasado 19 de septiembre en el Ártico ruso cuando varios miembros de su tripulación trataron de encadenarse a la plataforma petrolífera Prirazlómnaya, del gigante Gazprom.
El tribunal de Múrmansk también decidirá si continúan en prisión a otros dos de los activistas, el fotógrafo freelance Denís Siniakov, y el vocero de prensa de Greenpeace Rusia, Andréi Allajvérdov, mientras que sobre los demás recursos se decidirá a lo largo de la semana.
Dos periodistas del diario digital Lenta.ru, entre ellos la directora del medio, pidieron a los magistrados la liberación de Siniakov bajo su aval personal.
La semana pasada, la Justicia rusa presentó cargos formales contra los tripulantes por intentar encadenarse a la plataforma petrolífera y les acusó de piratería, un delito castigado en Rusia con penas de hasta quince años de prisión.
Entre los tripulantes del Arctic Sunrise hay dos argentinos, Camila Speziale y Hernán Pérez Orsi. También hay ciudadanos de Rusia, Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Italia, Ucrania, Nueva Zelanda, Holanda, Dinamarca, Australia, Brasil, República Checa, Polonia, Turquía, Finlandia, Suecia y Francia.
Tras la protesta junto a la plataforma de Gazprom en aguas del mar de Barents, el rompehielos fue apresado por la guardia de fronteras rusa y sus tripulantes detenidos y trasladados a tierra para comparecer ante la justicia.
El consorcio energético planea comenzar la producción de petróleo en esa plataforma en el primer trimestre de 2014, lo que, según la ONG, aumenta el riesgo de que se produzca un vertido de petróleo en un área que contiene tres reservas naturales protegidas por la propia legislación rusa.
Sergei Golubok, que integra el equipo de abogados de la organización, reveló que los detenidos viven en condiciones inhumanas. Varios activistas detenidos “no tienen acceso al agua potable” y son objeto de una “videovigilancia permanente”, incluso en los servicios, subrayó el letrado en una conferencia de prensa.
Para Rusia, el desarrollo del Ártico, una inmensa zona rica en hidrocarburos que aún no ha sido explotada, es una prioridad estratégica.