La tragedia de la madrugada del domingo, cuando alrededor de mil personas, en su mayoría jóvenes universitarios, bailaban en la discoteca con la banda Gurizada Fandangueira, conmocionó a todo Brasil.
Según supervivientes, el vocalista del grupo lanzó una bengala al aire y las chispas hicieron prender fuego al techo del escenario, cubierto por un material altamente combustible y tóxico.
La fuga de los ocupantes de la discoteca fue obstaculizada por la ausencia de salidas de emergencia visibles y por los agentes de seguridad contratados por los propietarios, que inicialmente se negaron a permitir la salida de la gente, alegando que no habían pagado sus facturas.
La policía de Santa María inició el lunes las investigaciones sobre el caso y detuvo a cuatro personas: dos socios de la discoteca y dos integrantes del grupo musical.