El juez Refaat, consideró que Mubarak tuvo la responsabilidad política por los disparos contra los manifestantes en lo que se llamó la “primavera árabe”. La fiscalía solicitó la pena de muerte para el ex mandatario, cuyos abogados pueden apelar ahora la sentencia.
Mubarak es el primer jefe de Estado árabe que responde ante la justicia de su propio país, luego del inicio de las revueltas. El ex ministro del Interior, Habib al Adli, juzgado en el mismo proceso, también fue condenado a prisión perpetua, en cambio, la corte desestimó los cargos de corrupción contra Mubarak y sus dos hijos, Alaa y Gamal.
La justicia egipcia también declaró inocentes a seis ex jefes de seguridad por las muertes durante las revueltas, alegando que se limitaron a cumplir órdenes. Fuera de la sala, los opositores estallaron al conocer el veredicto y dentro del tribunal se produjeron escenas de violencia porque algunos esperaban la pena de muerte para el ex presidente, y sobre todo tras el anuncio de que quedaban libres de culpa Alaa y Gamal.
Mubarak, de 84 años, siguió la audiencia enfermo desde una camilla, y cuando fue anunciada la sentencia permaneció tranquilo. El juez inició la audiencia con un discurso en el que calificó los casi 30 años de gobierno de Mubarak como una “era oscura” y calificó a la llamada “Revolución del 25 de enero” como el “amanecer” de una nueva etapa. La fiscalía egipcia, ordenó el traslado de Mubarak de un hospital militar a una prisión en las afueras de El Cairo.