El texto ya fue aprobado por la Comisión de Asuntos Económicos con el voto favorable del socialdemócrata Pasok, la conservadora Nueva Democracia (ND) y la oposición del resto de los partidos.
El nuevo plan de ayuda prevé, por un lado, un préstamo de 130.000 millones de euros de parte de los acreedores públicos (la “troika” del Banco Central Europeo, la Comisión Europa y el Fondo Monetario Internacional) hasta fines de 2014, que se suma a otro crédito de 110.000 millones concedido en mayo de 2010, pero que resultó insuficiente para rescatar al país.
El plan también contempla la condonación de más de la mitad de la deuda que Grecia ha contraído con acreedores privados (bancos, compañías de seguros y fondos de inversión), lo cual permitiría reducir la deuda de unos 350.000 millones de euros a unos 107.000 millones.
El conjunto de la ayuda pretende evitar que Grecia se declare en suspensión de pagos el 20 de marzo, cuando enfrentará vencimientos de títulos de deuda por 14.500 millones de euros.
El proyecto de ley sobre la quita incluye un mecanismo llamado Cláusulas de Acción Colectiva (CAC) que permitirá obligar a los tenedores de la deuda a acogerse a la quita si hay una mayoría de acreedores que apoyan la reestructuración.
Además del acuerdo con los acreedores privados, en la agenda del Parlamento se encuentran otros dos proyectos exigidos por Bruselas. Se trata del conjunto de recortes presupuestarios reclamados por los acreedores antes del desbloqueo de la segunda inyección financiera, que afectan en particular a los salarios mínimos y las pensiones complementarias, así como al sistema de salud pública.