El jefe del servicio secreto de Líbano, blanco del atentado en Beirut

El jefe de inteligencia de las Fuerzas de Seguridad Interior (FSI) del Líbano, Wisam al Hassan, fue una de las víctimas del brutal atentado en Beirut.

El oche bomba cargado con unos 30 kilos de explosivos arrasó con varios edificios en el sector cristiano de Beirut y terminó con su vida y la de otras siete personas. Se produjo alrededor de las 15, cuando los bares y comercios de la calle Ibrahim Mounzer en el barrio Ashrafiyeh, en el este de la capital libanesa, estaban repletos de gente. Hubo 86 heridos.

 

El ataque fue un día después de que el general de la inteligencia libanesa regresara de un viaje por Francia, donde había dejado a su esposa e hijos porque recibía amenazas.

 

Hassan, sunnita opositor al régimen sirio, fue el hombre que dirigió la operación que llevó a la detención del ex ministro libanés Michel Samaha, acusado de haber planificado junto a los servicios de seguridad de Damasco una serie de atentados contra personalidades antisirias en el Líbano.

 

Hasta ahora nadie se adjudicó el atentado, pero todos apuntaron a Siria, pese a que sus autoridades repudiaron el ataque.

 

“Acusamos a Bashar al Assad de haber asesinado a Wisam al Hassan, garante de la seguridad de los libaneses”, afirmó el ex premier, Saad Hariri, cuyo padre fue víctima de un atentado al que se responsabiliza a Siria. “El régimen sirio no es ajeno a este tipo de explosiones, es un atentado político por excelencia”, dijo por su parte el diputado Nadim Gemayel, miembro de la oposición libanesa hostil a Damasco.

 

El atentado incentivó la división interna entre partidarios y opositores al dictador Assad. A las pocas horas hubo marchas contra el régimen sirio en la segunda ciudad de Libano, Trípoli, que terminaron en enfrentamientos armados.

 

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