Santa Fe

La interna socialista le marca la cancha a los sueños de reelección de Lifschitz

Un diputado muy cercano a Bonfatti, principal candidato a la sucesión, puso en duda los tiempos para tramitar la reforma constitucional que le permitiría otro mandato al gobernador.

Desde el propio socialismo comenzaron a  advertirle al gobernador Miguel Lifschitz que sus ansias de reelección, como consecuencia de la llegada de una reforma constitucional, son “muy difíciles” de alcanzar. Por ende, el presidente de la Cámara de Diputados, Antonio Bonfatti, va camino a convertirse en “un candidato natural” de cara al electoral 2019.

 

El diputado provincial por el socialismo Eduardo Di Pollina sacudió el tablero al admitir públicamente que “hay un tiempo muy avanzado” para alcanzar el marco de acuerdo que requiere una renovación de la Constitución santafesina.

 

De no alcanzar la reforma, Lifschitz no podrá extender su mandato y deberá pensar su futuro fuera de la Casa Gris. En la entrevista que le dio a Letra P el mes pasado, el gobernador aclaró que no estaba apurado y que incluso el proyecto podía aprobarse en la Legislatura en la segunda parte del año.

 

 

Pero desde el bloque de su partido le marcaron la cancha. Di Pollina es un experimentado dirigente del Partido Socialista (PS), sonó como ministro de Gobierno en 2015, puesto que finalmente ocupó Pablo Farías, y en Diputados es ladero del ex gobernador y del jefe del bloque Rubén Galassi, ex ministro de Gobierno en la gestión Bonfatti.

 

“Estamos en un tiempo ya muy avanzado, veo que es muy difícil. Hay que hacer todos los esfuerzos posibles. Pero uno ve que en los otros partidos políticos con representación parlamentaria tiene vocación reformista, pero a la hora de plasmarlo se hace cada vez más complicado”, le dijo el legislador al diario Rosario/12.

 

Di Pollina asegura que desde la bancada del Frente Progresista continuarán insistiendo. “Veremos qué sucede”, prometió, aunque fue más que claro acerca de las chances de aprobación del proyecto de reforma, que todavía no ha sido derivado desde el Ejecutivo a la Legislatura.

 

El vínculo entre Lifschitz y Bonfatti arrancó sinuoso en 2018. El gobernador sorprendió a su antecesor al vetar 13 leyes sancionadas por los legisladores, incluso las que impulsó el propio Bonfatti. Pero en febrero cambió de color la relación, cuando los diputados del Frente Progresista se cargaron la mochila pesada del pacto fiscal y alcanzaron aprobar la adhesión en un trámite exprés.

 

Ahora, en otro capítulo, el bonfattismo y aliados le avisa al gobernador que están muy complicadas las chances de reforma. Por ese motivo, Di Pollina renueva la carta del regreso de Bonfatti candidato a la gobernación.  “Es un tema que lo tiene que charlar primero el partido socialista orgánicamente, pero por supuesto que Bonfatti es un candidato natural para la gobernación en el año 2019”, se entusiasmó. Ahora le toca mover a Lifschitz.

 

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