Santa Fe

Los malabarismos de Lifschitz

El gobernador juega al equilibrista entre su amena relación con Casa Rosada y los fervores rupturistas con Cambiemos que surgen en el seno del socialismo.

Destreza para el malabarismo político es un arte que aplica el gobernador santafesino Miguel Lifschitz en su relación con la Casa Rosada. Por un lado, necesitado de fondos y obras, emplea un vínculo prolijo y respetuoso con Nación. Pero debe, a la vez, morigerar el rugido opositor a Cambiemos que nace desde el seno del Frente Progresista.

 

No es sencillo. El mandatario socialista quedó en una posición incómoda tras primero firmar el pacto fiscal junto a casi todos los gobernadores, pero luego dijo que el acuerdo no tenía detalles suficientes como para aventurar una reforma previsional con ajuste a los jubilados.

 

 

 

Desde el PRO hay cero empatía hacia esos dos dirigentes. Pero distinto es el sentir con Lifschitz, más pragmático a la hora de las negociaciones. Los macristas de Santa Fe no incluyen al gobernador en la lista de los enemigos. Lo respetan y hasta le elogian la gestión en algunos casos.

 

Contigiani desde el Congreso y Bonfatti, ¿con aspiraciones de volver a gobernar la provincia?, son dos piedras en el zapato para Lifschitz. El diputado nacional habló de la necesidad de “polarizar, porque el centro no existe” en las últimas horas. Se espera que el gobernador tenga algo para decir al respecto cuando regrese de sus vacaciones. Nadie, en el gabinete santafesino, quiere retomar el hilo de los dichos de Contigiani. Hay silenzio stampa por el momento.

 

Por el puesto que ocupa, estilo y supervivencia, Lifschitz no va a promover la idea de polarizar. Pretende mantener una relación cordial con el presidente Mauricio Macri y sus hombres. Tampoco es menor que necesite de un aval, un gesto del PRO, para conseguir su tan ansiada reforma constitucional, que le permita la reelección inexistente en la provincia. Por lo pronto, los amarillos dicen que sí, pero en 2019. En ese caso no le darán los plazos al gobernador para presentarse nuevamente.

 

En puntas de pie camina el gobernador. Por un lado, no quiere hacer la gran Rodríguez Saá, no está en su cabeza romper como hizo el puntano en momentos del pacto fiscal. Considera y quiere solidificar el vínculo con el macrismo. Pero, por el otro, observa cómo se le desbanda incontrolable la tropa en el Frente Progresista.

 

massa se corre y lanza el neomassismo para diferenciarse de macri
El PRO bonaerense, en Lobos.

También te puede interesar