Luego de las críticas que recibió en 2016 por el simulacro de viaje en un colectivo de la línea 520 que en realidad estaba detenido y rodeado por personal de custodia, el presidente Mauricio Macri volvió a Pilar para subirse a la misma unidad, aunque esta vez en movimiento.
Con el objetivo de exhibir las cuadras recientemente asfaltadas de los barrios Toba, Villa Luján y Santa Ana, la comitiva oficial encabezada por el jefe de Estado realizó la recorrida bajo un grueso operativo de seguridad que demandó el despliegue de decenas de efectivos y el corte parcial de todas las arterias que cruzaban el trayecto realizado por el mandatario nacional en compañía de la gobernadora María Eugenia Vidal, la candidata a diputada nacional Graciela Ocaña, el intendente local, Nicolás Ducoté, y el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich.
Tal como sucedió el año pasado, el escueto paseo de Macri y compañía en una unidad de la línea 520 buscó darle un halo de espontaneidad a la actividad oficial. Y, aunque en esta oportunidad el micro efectivamente se movió por la calle Henry Martin, lo hizo sin interferencia alguna, ya que, mientras se desarrollaba la recorrida, las calles laterales fueron cortadas con vallas, al tiempo que el colectivo estuvo flanqueado por una significativa caravana de vehículos de la custodia presidencial, a los que se sumaron patrulleros de la Policía Local de Pilar que blindaron por completo al rodado.
Esta situación generó el fastidio de algunos vecinos que se manifestaron en las redes sociales: “Macri en Derqui. Descontrol de tránsito a la altura de la estación”, deslizaron en Twitter. Otros directamente publicaron videos que daban cuenta de la carencia de espontaneidad del viaje presidencial en el 520. Aunque, esta vez, fue en movimiento.