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Larreta relanza la pelea con los docentes con un plan para que alumnos trabajen

En el Ejecutivo porteño hablan de un “borrador” para que chicos de quinto año dediquen la mitad de la cursada a prácticas en empresas privadas. Fuerte rechazo de maestros y centros de estudiantes.

El Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta echó a rodar una serie de cambios en las escuelas secundarias públicas de la Ciudad de Buenos Aires en el marco de un programa que denominó “Secundaria del Futuro”, que comenzará algunos establecimientos educativos en 2018. Sin embargo, la iniciativa cayó como una bomba en el alumnado y los gremios docentes, que cuestionaron duramente el programa con el foco en un aspecto puntual de la reforma: en el último año de la secundaria los estudiantes deberán trabajar en el sector privado y hacer actividades de emprendedorismo.

 

Los gremios, que hace meses disputan con el Gobierno local por la paritaria docente, califican la medida como “improvisada” y “autoritaria” porque, según explican, no tuvieron participación en la confección del programa que diseñaron en el Ministerio de Educación de la Ciudad, a cargo de Soledad Acuña, y que la Ciudad presenta como un “borrador” al que le restan confirmaciones. La reforma conlleva modificaciones en la agrupación de las materias, fomenta la enseñanza “colaborativa”, plantea al educador como “facilitador” y propone que los alumnos del último año de la secundaria dediquen el 50% de la cursada a realizar prácticas en empresas privadas y actividades de emprendedorismo.

 

En concreto, se trata de una reforma que barre con la adecuación a la Nueva Escuela Secundaria (NES) que impulsó Esteban Bullrich, tras la aprobación de ese programa por el Consejo Federal de Educación en tiempos del ex ministro de Educación Alberto Sileoni. Acuña encargó la modificación actual a dos funcionarios de su extrema confianza: Andrea Bruzos (subsecretaria de Coordinación Pedagógica) y Javier Tarulla (subsecretario de Carrera Docente y Formación Técnica Profesional).

 

Ambos presentaron la iniciativa a cuatro de los diecisiete gremios porteños en una reunión en el Ministerio el lunes en horas del mediodía. Previamente, según explicaron, habían abierto un diálogo con 17 escuelas para adelantar la propuesta. En tanto, los sindicatos denuncian que esa información, que llegó a los despachos gremiales en la semana posterior a las vacaciones de inviernos, solamente les fue suministrada a directores, supervisores y coordinadores.

 

Según la versión gremial, parte del cuerpo docente, los padres, los alumnos y los sindicalistas quedaron excluidos. Como respuesta, alumnos de la Escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano tomaron el edificio en rechazo al plan de estudios.

 

En la reunión con los gremios, los funcionarios porteños respondieron a los planteos de los docentes pero aclararon que la versión que llegó a los diarios y las escuelas forma parte de un “borrador” y que “restan detalles” por definir, como la obligatoriedad de trabajar en el quinto año de la secundaria, repudiada ampliamente en el mundo gremial.

 

“Vulnera el régimen académico y pone en riesgo el puesto de trabajo docente. ¿Cómo se va a vincular el estudiante con el mundo laboral? ¿Qué resguardo va a tener el alumno como sujeto de derecho? Hay algunos que incluso son menores”, consideraron desde UTE sobre la propuesta de culminar los estudios con una práctica en el sector privado.

 

Según el borrador que diseñó el Gobierno, al que accedió Letra P, el quinto año de la secundaria se plantea como “integrado y formativo más allá de la escuela”. Contaría con instancias de aprendizaje en aula, en “campo interno” (incubadoras de talentos en escuelas) y “campo externo” (pasantías en empresas y organizaciones según talentos e intereses). Además, habrá una instancia de “Pre Formación Universitaria”.

 

“Estamos en septiembre y estas 17 escuelas empiezan las clases en febrero. Hay un grado de improvisación porque una reforma que se plantea modificar profundamente algunos aspectos de la escuela secundaria requiere consenso”, cuestionó, en diálogo con Letra P, Marcelo Parra, secretario de educación media de UTE.

 

Al encuentro con los funcionarios de la cartera educativa asistieron representantes de UTE, UDA, AMET y ADEF. “Es una reforma a la medida de las empresas, podrán despedir a sus empleados con antigüedad y derechos adquiridos para contratar pasantes. En un contexto de despidos y suspensiones, generan una perversa promesa de empleo para los pibes que es falsa ya que al año siguiente el circuito vuelve a comenzar con nuevos estudiantes”, cruzó Jorge Adaro, secretario General de Ademys, sindicato que no fue invitado a la reunión y que mantiene una disputa de meses con la ministra Acuña.

 

A su vez, los gremios hacen hincapié en que “el rol del docente está diluido” en la reforma educativa propuesta porque “no nos explicaron qué significa que los maestros seamos facilitadores”. “Nadie está en contra del trabajo colaborativo y sabemos que hoy hay docentes que no dan clases magistrales y se trabaja en un esquema en el que el docente sea guía y articulador, pero no nos aclaran nuestras dudas sobre cómo quedarán las condiciones laborales”, bufan los educadores.

 

En la Ciudad advierten que la modificación va en línea con el Plan Maestro, presentado por Bullrich ante todo los ministros de educación de las provincias e ingresado en Mesa de Entradas del Congreso de la Nación. Además, está en consonancia con el programa Secundaria 2030, que ahora está bajo las órdenes de Alejandro Finocchiaro, tras la confirmación del ex ministro de Educación como primer candidato a senador por Cambiemos en la provincia de Buenos Aires.

 

Los sindicatos se unen para cuestionar la reforma y exigen cambios, tras rivalizar con la administración porteña por no haber sido tenidos en cuenta en la elaboración del proyecto, que no necesita aval legislativo. Los gremios centran sus críticas en dos frentes: cuestionan la “forma unilateral y autoritaria” de la confección del programa Secundaria del Futuro y advierten que “pone la educación al servicio del mercado”.

 

Los cambios. En el Power Point al que accedió Letra P se destacan modificaciones en el dictado de clase, en la evaluación y en la división de áreas de la currícula.

 

Según el proyecto, la reforma busca “formar a una ciudadano del Siglo XXI”. De acuerdo al criterio del Gobierno porteño, se apunta a buscar las siguientes cualidades en el alumno: talentoso, creativo, emprendedor, cooperativo, adaptable. También, el Ministerio de Educación aspira a “nuevos perfiles de tutores, preceptores y equipos de apoyo”.

 

Las notas numéricas serán reemplazadas por un sistema de “créditos” y se cambiará el método de repitencia: sólo se recuperan contenidos no aprobados. Los alumnos estarán obligados a trabajar en el último año y a desarrollar actividades emprendedoras. Además, el docente es presentado como “facilitador” y solamente introducirá contenidos el 30% de las clases, mientras que el 70% restante se reserva para trabajos colaborativos, desplazando al método de “clases magistrales”.

 

El plan Secundaria del Futuro se aplicaría en etapas. En 2018 llegará a 17 escuelas. En 2019, 2020 y 2021 se sumarán 42 escuelas por año. Este martes, Rodríguez Larreta y Acuña lanzaron el Plan Integral de Educación Digital (PIED), que tiene como objetivo principal la integración de los procesos de enseñanza y aprendizaje de las instituciones educativas a la cultura digital.

 

“Es todo un cambio que apunta a la incorporación de tecnología en las escuelas, que refleja la realidad del mundo en el cual hoy los chicos se enfrentan, donde la tecnología es parte de nuestras vidas”, sostuvo Rodríguez Larreta. En la iniciativa Secundaria del Futuro el Gobierno porteño plantea como objetivos el “aprendizaje integrado, incentivado y colaborativo” mediante el cual los alumnos “descubren” guiados por “docentes y la tecnología”.

 

Rechazo político. Al poco tiempo de conocerse la reforma educativa planteada por el gobierno de Rodríguez Larreta, comenzaron a llover proyectos de rechazo y pedidos de informe en la Legislatura porteña, que no dictaminará sobre la medida porque se autorizaría tras un trámite interno del Ministerio de Educación capitalino.

 

“La reforma educativa de Larreta-Macri responde a las exigencias de la Ocde y el Banco Mundial para adaptar la escuela secundaria a la precariedad y descalificación del mercado laboral. Elimina 5to año y lo reemplaza por trabajo precario que permitirá a los empleadores despedir mano de obra con derechos laborales para que su trabajo lo realicen jóvenes de manera gratuita”, criticó el diputado del Partido Obrero Marcelo Ramal.

 

En tanto, el bloque de legisladores de Martín Lousteau (SUMA +) pidió información sobre la iniciativa. “¿Cuáles son las empresas, organizaciones o fundaciones seleccionadas para la cumplimentación de la formación que requiere la Secundaria del Futuro?”, consulta el texto redactado por el legislador radical Juan Nosiglia.

 

Omar Perotti, el gran apuntado por la debacle del peronismo en Santa Fe.
Victoria Villarruel y Javier Milei

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