Crónica íntima del día del periodista

El masivo agasajo top de Vidal, el neopluralismo monzoísta y un duro frentazo PRO

Con comida y suvenires, la política brindó por la prensa. La gobernadora tiró la casa por la ventana en la Rural y desplazó al taquillero evento del Intercontinental. Sanguchito mató grieta mediática.

Multitudinario se ha tornado el encuentro del Día del Periodista que organiza Cambiemos desde que es gobierno en el Banco Provincia. En el establishment ya lo equiparan con el evento por excelencia de la coctelería mediática: los ágapes que solían organizar en el Hotel Intercontinental las empresa Lan, IRSA, Banco Hipotecario, FIAT y Aeropuertos Argentina 2000. Fue aquel el máximo encuentro de la política, las empresas y los medios hasta que la entidad que conduce Juan Curuchet decidió organizar los eventos para la prensa en el restaurante del predio rural.

 

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Entre canapés, malbec, espumante y un guiso con lomo que antecedió a una ronda de dulces, los comensales esperaban la llegada de la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal. El calor en el salón era insoportable, incluso en relación al frío exterior. "Acá no hacen uso racional", bromeaba un legislador bonaerense del PRO. Mientras el público se desabrigaba, los gerentes de empresas hablaban con funcionarios de alto rango. El convite fue organizado por el Bapro pero contó con los apoyos delas firmas Toyota, Lenovo, Aeropuertos Argentina 2000 (la compañía de los Eurnekian, representada por el dirigente de River Matías Patañán) y La Caja (propiedad del presidente del club de Nuñez, Jorge Donofrio).

 

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El desembarco de funcionarios provinciales fue importante como nunca antes. Y tuvo la particularidad de ser distendido a lo largo de las casi tres horas que duró el evento. El único momento en el que el clima se interrumpió fue con la llegada de Vidal. Una especie de beatle no sólo para los hombres de negocios, sino también para los periodistas. Más que peguntarle cuestiones vinculadas a la política, la mayoría le pidió sacarse selfies. Evidentemente, la gobernadora genera empatía y, para ser justos, saludó a todos y cada uno de los presentes que se le acercaron con gesto amable. Y eran muchos.

 

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Federico Salvai, el salteño que es jefe de Gabinete de la provincia de Buenos Aires; el ministro de Seguridad, Cristian Ritondo; el de Justicia, Gustavo Ferrari; el titular de Hacienda, Hernán Lacunza; el jefe del Banco Provincia, Curuchet, y el ministro de Agroindustria, Leonardo Sarquis, charlaban con la prensa sin tiempos. Y hasta se quedaron una vez que la gobernadora dejó el evento sin dar un discurso, como sí hizo en 2016. Los empresarios pensaron que iba a haber un hecho político ese día, pero quedó en la nada.

 

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Así como billetera mata galán, en la Rural, sanguchito mató grieta. Desde el ultra K Diego Brancatelli hasta los más encumbrados periodistas de La Corpo, como Marcelo Bonelli, el lunch convocó a todo el arco del peridismo vernáculo. 

 

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De las conversaciones con funcionarios quedaron algunas definiciones de cara al escenario electoral. En primer lugar, Cambiemos entiende que la economía no va a acompañar en la ruta hacia a las legislativas de octubre. Pero sí la confianza del electorado en que haya una mejora.

 

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La posibilidad de que Esteban Bullrich sea candidato parece entrar en terreno pantanoso. No lo garantizan ni siquiera en el entorno de Vidal, aunque reconocen que tienen que “mostrar pluralismo" en las listas. Lo de Gladys González, el "clon" de María Eugenia, sí parece cosa juzgada. Pero la apertura no parecería venir por ese lado. La oriunda de Avellaneda es la único PRO puro del armado. En este sentido, miran con mucho respeto a una hija dilecta de Carrió que fue funcionaria del kirchnerismo, pero una cuestión muy curiosa: creen que Graciela Ocaña tiene una imagen arrasadora en el público anciano o sobre los 60 años. Y que tiene más conocimiento que muchos de los otros candidatos.

 

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Los que trabajan a modo hormiga en la campaña no obvian la cuestión Cristina Fernández. Pero se entusiasman: "Si juega, es mejor para nosotros", cuentan. Florencio Randazzo no parece, por ahora, generar ningún ruido político en Cambiemos. Y Sergio Massa es un enigma: lo observan como una sorpresa, en unas elecciones que son como un torneo corto en el que puede ganar cualquiera.

 

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Los timbreos y sus efectos electorales fueron otra comidilla del almuerzo. Hay funcionarios provinciales que nunca estuvieron en la gestión pública que han empezado a golpear puertas de vecinos por primera vez. "La verdad es que es raro, pero nos sirve para ver más allá. Cuando charlás con la gente te das cuenta de sus problemas reales", contó a Letra P un alto mando provincial que aseguró que los timbreos no están digitados. "Si ustedes saben que están arreglados, avísenme. Yo toco timbre y sale una señora a abrir", bromeó. Cuando la señora abre hay resultados dispares. "La verdad, a veces nos putean, pero son las menos. Pero pasa algo raro, que es que nos confunden con los intendentes. Nos piden que les hagamos la vereda, las plazas, los cordones".

 

 

El ministro Nicolás Dujovne en el brindis con los periodistas acreditados en Hacienda.

 

 

Una curiosa novedad tuvieron los periodistas que participaron del brindis en la Cámara de Diputados. Como todos los años, fueron convocados al Salón Delia Parodi, donde los recibieron con una amplia mesa de fiambres, canapés y –acá la llegada del perfil PRO- algunas frutas. Pero esta vez no se trató de un mano a mano con el presidente del cuerpo, Emilio Monzó: el dirigente bonaerense abrió la invitación a todos los bloques. Así, pasaron los massistas Juan Brugge y Julio Raffo, el kirchnerista Luis Basterra, el referente del partido obrero Néstor Pitrola y los oficialistas Nicolás Massot y Cornelia Schmidt Liermann.

 

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A ellos se sumó el inefable Alfredo Olmedo, quien retomó el amarillo en sus abrigos y quien sufrió además, con pocos reparos en disimularlo, los esfuerzos de sus colegas de recinto a la hora de despegarse para no ser registrados junto a él, si quiera, en una foto.

 

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Monzó y Massot terminaron en una amplia ronda de intercambio con los periodistas acreditados de la Cámara. Allí, dieron algunos detalles de cómo avanza la interna de Cambiemos en Córdoba, donde se tensa cada vez más la cuerda con el intendente de la capital provincial, Ramón Mestre (h); comentaron parte de la agenda legislativa que se viene y se animaron a pronosticar cuál será el nuevo actor potente en la Cámara baja: según sus previsiones, después de las elecciones se viene un bloque del PJ, ligado directamente a los gobernadores, con el que deberán negociar las leyes. Esperan tener, ahí, un socio igual o más confiable que el que tuvieron hasta acá en Sergio Massa y su tropa.

 

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Monzó confirmó la firma de la resolución para aumentar los ingresos de los diputados -más precisamente, la actualización de los gastos de representación y tramos aéreos y terrestres.

 

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Entre canapés y sándwiches de miga, Pitrola despotricaba contra una interna en el Frente de Izquierda. “Ir a una PASO con el PTS es desgastar el frente. La lucha es contra la ‘coalición del ajuste’”, repetía. Todo lo contrario expresaba a pocos metros el diputado Oscar Romero, del círculo íntimo de Florencio Randazzo, quien presiona para ir a una interna en el peronismo.

 

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No hubo presencias radicales: los boinas blancas hacían catarsis a pocas cuadras, en el Hotel Savoy, donde reclamaron mayor protagonismo en el armado de las listas de Cambiemos.

 

 

La vicepresidenta Gabriela Michetti brindó dos veces: con el jefe de Gabinete en la Rosada y con los periodistas acreditados en el Senado.

 

 

En el Senado hubo agasajo para los periodistas acreditados. El lugar elegido fue el Salón de las Provincias, que da a la entrada principal del Congreso. Allí se desplegó un menú con salados y dulces, para terminar con copas de champagne en mano. La vicepresidenta Gabriela Michetti se hizo esperar, pero llegó para el brindis final y dedicó a la prensa palabras de agradecimiento y exaltación por su labor. Destacó “la búsqueda de la verdad, que, si bien siempre es subjetiva, es una verdad”. Y resaltó la tarea del área de Comunicación Institucional del Senado.

 

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En el agasajo se trenzaron en charlas descontracturadas con periodistas los senadores Laura Rodríguez Machado (jefa del bloque PRO), Juan Manuel Abal Medina (PJ-FpV) y el chubutense Alfredo Luenzo, quien, curiosamente, tuvo un pasado como periodista. También hubo regalos: unas refinadas lapiceras plateadas con el grabado del Senado, con un pendrive anexado en la punta.

 

 

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El Defensor del Pueblo bonaerense, Guido Lorenzino, citó a los periodistas para el mediodía de este 8 de junio, con el objetivo de agasajarlos por su día pero también para mostrar el nuevo lugar donde funcionará el organismo a partir del lunes de la semana que viene. Un local inmenso, de dos pisos, en pleno centro platense: 50 entre 8 y 9. El local alquilado estaba sin uso. Es el mismo que eligió dos años atrás Aníbal Fernández como bunker de campaña, en plena carrera por la gobernación.

 

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En un primer piso se encuentran todas las modernas computadoras, distribuidas en cómodas mesas, haciendo juego con sillas negras, con dos grandes pantallas contra una de las paredes. Subiendo otro tramo de escaleras se encuentran las oficinas en las que estará -al frente sobre calle 50- Lorenzino. Del lado de atrás, el resto de los adjuntos.

 

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El brindis lo inauguró el defensor adjunto, el massista Walter Martello, y lo cerró Lorenzino -que hizo su ingreso al lugar cuando ya estaban todos los invitados arriba, comiendo-, como para que quedara en claro precisamente quién es quién, algo que todavía sigue dando vueltas en el aire en forma de chiste. Mini empanadas de carne, medialunas con jamón y queso, sánguches de miga y una mesa de dulces, acompañado todo por gaseosas, agua y champagne -al momento del saludo.

 

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Más allá del brindis que encabezó Vidal en La Rural, este 7 al mediodía, ninguno de sus ministros organizó saludos para los periodistas. Solo fueron enviando por mail distintos flyers con frases de distintos personajes. "Felices tiempos aquellos en que se puede sentir lo que se quiere y decir lo que se siente", fue la elección –nada original- del Hernán Lacunza, quien, con esas palabras del ex gobernador del imperio romano Cornelio Tácito, se acordó vía mail del periodismo.

 

 

Caras de selfie. El vicegobernador de Buenos Aires, Daniel Salvador, posó con los periodistas que cubren el Senado bonaerese.

 

 

En la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires, el brindis fue en el nuevo espacio del edificio anexo: el patio verde. En la tarde del 7 de junio, muchos periodistas, incluso algunos que no pisan jamás la Legislatura, aceptaron la convocatoria del presidente de la Cámara, Manuel Mosca, y allí estaban todos y todas.

 

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El titular de la Cámara llegó último. Acompañado por su compañero de bloque Marcelo Daletto, Mosca entró al patio, saludó a algunos periodistas y tiró un par de chistes, fiel a su estilo. Luego habló para hacer un brindis.

 

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La gente de prensa de la Cámara le seguía los movimientos. Se sacó algunas fotos con periodistas y rápidamente su cuenta de Instagram ya tenía una historia on line con el hashtag #DíaDelPeriodista.

 

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El servicio de lunch fue de Josué Echenique, una tradicional empresa de catering con base en la capital provincial. Esta vez había un menú nutritivo: un recipiente ofrecía frutos secos con nueces. Otro, únicamente con avellanas. Había jugo de naranja exprimido, pero también gaseosas. Sánguches de miga, algunos termos con café y jarras con agua. También había confites de chocolate. La cita era a las five o’clock, la hora de la infusión.

 

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Todo corría con normalidad, como en cualquier evento de este tipo. Las mismas conversaciones de siempre, quién daba regalos, quién no. La novedad era el nuevo patio. Algunos diputados aún no se acostumbran el flamante espacio. Eso le pasó a uno de los presentes. Luego de hablar distendidamente con algunos periodistas y posar para la foto con Mosca, decidió irse. En ese momento, se convirtió en la atracción, casi fatídica. Se confundió la salida y, en vez de alejarse por el pasillo, pensó que las mamparas vidriadas que van desde el piso hasta el techo no existían. Quiso salir por ahí y se pegó la cabeza y la rodilla al mismo tiempo contra el duro ventanal. No había escuchado la advertencia de que por ahí no era la salida. Hay un problema: el vidrió tan limpio que da la sensación de que no existe. Pero sí existe. El impacto fue brutal. El diputado rebotó y tambaleó, se agarró la rodilla mientras intentaba no perder el equilibrio. Un periodista de años en la Legislatura lo atajó. El murmulló previo desapareció. Por cinco segundos, todo fue silencio hasta que dio muestras de que estaba consciente. Despacito, volvió el sonido ambiente. La escena se asemejó a la escena de la película “Relatos salvajes” en la que la novia del último de los relatos termina estrellando a la amante de su flamante marido contra el espejo. Fue ese mismo silencio. El diputado dio señales de que estaba bien y se retiró. En el vidrio, que resultó ileso, había quedado la marca del golpe.

 

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De 92 diputados, apenas cuatro se animaron a compartir un rato con decenas de periodistas. Muchos legisladores esquivan este tipo de eventos. Le temen al off the record o no tienen el oficio necesario para saber qué decir y qué no. Tampoco es que de ahí iba a salir una primicia.

 

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A la dupla Mosca-Daletto se le sumaron el peronista Marcelo Torres y el margarito Juan Cocino. Mosca había estado en Azul, Olavarría, Bolívar y Junín los días anteriores al evento, que originalmente se iba a realizar el martes.

 

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Mosca dijo que el espacio nuevo “también es para ustedes”, los periodistas. Es un patio calefaccionado, con un deck, mesas y sillas de jardín, sombrillas y sillones. Próximamente habrá servicio de buffet. Algunos periodistas le dijeron: “Presidente, muy lindo esto”.

 

Victoria Villarruel, vicepresidenta de la Nación.
El gobierno de Gustavo Petro echó a diplomáticos argentinos de Colombia.

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