Elecciones 2017. Escenarios locales

El peronismo de Brown define su futuro con la oposición balcanizada

El intendente Mariano Cascallares espera certezas, mientras gobierna con La Cámpora. Massa no puede ordenar a su tropa y Macri y Vidal vuelven a apostar por Carlos Regazzoni, echado del PAMI.

"En Brown está toda la oposición enfrentada y peleada entre sí", definen distintas fuentes oficialistas consultadas por Letra P. Hoy, esa oposición al intendente peronista Mariano Cascallares en el Concejo Deliberante la conforman dos bloques que suman diez concejales -seis del Frente Renovador y cuatro de Cambiemos-. En la balanza, ni siquiera igualan a los 14 del Frente para la Victoria, fuerza que es mayoría, lidera las encuestas y se encamina a no tener demasiados sobresaltos en esta elección de medio término, aunque, a pesar de no competir -a priori- contra una estructura con grandes chances, las batallas que el peronismo aún está librando desde la derrota electoral en 2015 pueden amenazar la armonía oficialista de la que goza este distrito de la Tercera sección. En este contexto, dice presente la novela de Florencio Randazzo, Sergio Massa no termina de ordenar a su tropa y Mauricio Macri y María Eugenia Vidal apuestan nuevamente a Carlos Regazzoni, tras su fracaso en el PAMI.

 

La alianza peronista que gobierna Brown encara ahora un nuevo desafío de cara a las legislativas. El contexto es distinto al de 2015 y, por eso, lo que se defina desde lo más alto del PJ en las próximas semanas va a impactar sin escalas en ese municipio.

Para las PASO de hace dos años, un importante sector del kirchnerismo local -con el entonces titular del IPS (Cascallares) a la cabeza- llevó adelante un único objetivo: se alió para deshacerse de Darío Giustozzi. Es que el hoy diputado nacional significaba una gran amenaza para las intenciones de muchos dirigentes peronistas en aquel entonces. En esa alianza ganadora confluyeron hombres y mujeres sciolistas, randazzistas, camporistas y de Kolina, que hoy gobiernan uno de los municipios más significativos del conurbano, donde vive más de medio millón de personas. En cantidad de electores dentro de la poderosa Tercera sección, Brown -435 mil- es superado solamente por Quilmes -470 mil-, Lomas de Zamora -515 mil- y La Matanza -poco más de un millón-.

 

En este año y medio de gobierno, Cascallares tuvo que lidiar con una herencia complicada para afrontar una gestión que le hiciera frente a una situación insólita en este milenio: de las 14 mil cuadras que tiene el distrito, la mitad es de tierra -que se transforma en pantanos cuando llueve, anegando cientos de rincones-; menos del 20% de la población tiene cloacas -o sea, de diez personas solamente dos gozan de ese servicio esencial- y menos del 50% cuenta con agua corriente, entre otras cuestiones del día a día que siguen sin solución en sus doce localidades.

 

A diferencia de otros colegas kirchneristas, el ex funcionario sciolista supo mantener un perfil dialoguista y moderado, lo que le permitió entablar un regular ida y vuelta principalmente con el gobierno provincial, algo fundamental para desenvolverse en un municipio con grandes necesidades económicas. Así, integra el denominado Grupo Esmeralda. "Mariano es un tipo que está muy metido en la gestión, está todo el día caminando y recorriendo. Así generó una buena relación con la gente de Vidal y políticamente es un tipo muy abierto, se lleva bien con todos. Con Insaurralde (Lomas de Zamora) y Katopodis (San Martín) se lleva mejor porque son íntimos amigos, pero no tiene ningún problema con ninguno", definió a este portal un concejal oficialista que destaca la impronta peronista del intendente. "Le costó, porque asumió con un nivel de conocimiento bajo, pero Mariano es ante todo una gran persona", evalúan, por su parte, desde el Ejecutivo provincial. Así lo describió una alta fuente del equipo de Vidal consultada por Letra P.

 

La alianza peronista que gobierna Brown encara ahora un nuevo desafío de cara a las legislativas. El contexto es distinto al de 2015 y, por eso, lo que se defina desde lo más alto del PJ en las próximas semanas va a impactar sin escalas en ese municipio. "Si Cristina juega, para nosotros se acabó la historia en diez minutos", vaticinó sin vueltas otro concejal del FpV browniano, que repitió, también en coincidencia con otros sectores del oficialismo local: "Brown es un distrito kirchnerista". Es que las últimas encuestas ubican a la ex presidenta primera en intención de voto superando los 50 puntos. En muchas paredes hay pintadas con su nombre y esto lo celebra el oficialismo.

 

Pero si Cristina no es candidata y el peronismo se encamina a definir su interna en las PASO, el panorama es muy distinto. Ahí entran en juego nombres propios que van a protagonizar los distintos sectores que hoy conforman el oficialismo bajo el paraguas de Cascallares -no solo en el Concejo Deliberante sino también en el gabinete municipal-. Quien lidera el bloque K es el camporista José Lepere, segundo de Wado de Pedro cuando éste era secretario general de la Presidencia en el último tramo del cristinismo; mientras que el titular del Concejo, Juan José Fabiani, también responde a la agrupación de Máximo Kirchner. Consultadas por este medio, fuentes del sector ultra K de Brown proyectan que, "en un escenario de internas, la cosa se complicaría un poco. Nosotros estamos definidos: vamos a hacer lo que diga Cristina, de eso no hay dudas. Pero eso obligaría al intendente a definirse e inclinarse para un lado".

 

Los dos sectores que lideran la oposición tienen similares problemas internos. Esto es algo que sucede casi de igual manera tanto en Cambiemos como en el Frente Renovador.

Cascallares viene tanteando la situación con frialdad: no se la juega porque espera que se acomoden las fichas desde arriba. Dirigente con mucha experiencia, es catalogado como uno de los intendentes que ejecuta al pie del la letra el manual del peronismo. Por eso no se le escapa ningún detalle, como por ejemplo las fotos incómodas. En este sentido, es similar a la estrategia del intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray, comparan en Brown. Ambos son esmeraldos pero, a diferencia de Eduardo Bucca -Bolívar- y Katopodis, por ejemplo, que militan abiertamente por la candidatura a senador de Randazzo, no se expresan por alguien en particular. Analizan. Calculan. Esperan.

 

"Yo creo que se inclinaría para nuestro lado, lo cual impactaría en la relación con San Pedro", opinó un ultra kirchnerista de aquel municipio, en referencia a Mariano, diputado provincial al que se le vence el mandato este año y es quien se anota en la interna bajo la figura del ex ministro del Interior. "Tenemos la idea de que terminó una etapa política, con muchas cosas buenas, pero que ahora es fundamental que el peronismo tenga un debate interno y genere un nuevo proyecto político que nos vuelva a acercar a sectores que, con el mismo liderazgo, ya de antemano los tenemos perdidos. Esa es la discusión. Y Randazzo es la persona que tiene que encabezar este proceso", asegura San Pedro, en diálogo con este portal. Ese esquema más rupturista que plantea el ex titular de la cartera de Interior es un desafío para Cascallares, porque ahí tendrá que jugársela, algo que por el momento es bastante difuso.

 

Es sabido que el intendente tiene una relación muy cercana con el ex gobernador Daniel Scioli y con quien fuera su jefe de Gabinete, Alberto Pérez, quienes impulsaron y respaldaron su aventura hacia el municipio. Esto lo puede llegar a condicionar si el ex motonauta también se lanza o encabeza algún sector del peronismo en estos comicios. "Por eso no se la juega todavía. No es su característica y a nivel local no ha bajado línea tampoco sobre qué opina del tema", expresó otro dirigente del Frente para la Victoria de Brown. Pero, más allá de su paso por la gestión sciolista, Cascallares tiene una historia previa en la administración pública y en el peronismo: su trayectoria como funcionario local data de 1996 y pocos años después ya trabajaba como director nacional de Juventud en el Ministerio de Desarrollo Social.

 

TODOS PELEADOS. Los dos sectores que lideran la oposición a Cascallares tienen que resolver un sinfín de problemas internos que les impiden armarse y posicionarse como una buena alternativa a la hora de los votos. Esto es algo que sucede casi de igual manera tanto en Cambiemos como en el Frente Renovador.

 

En la Tercera sección, Massa no tiene ningún intendente, y por eso, desde el año pasado está enfocado en ordenar una interna que, por momentos, parece que se le va de las manos: pese a algunos intentos de unidad hacia fines de 2016, el enfrentamiento entre el senador Fernando Carballo y varios dirigentes de distintos distritos estuvo muy marcado. Esto, sumado a la disputa con el GEN de Margarita Stolbizer por lugares en las listas, le genera un dolor de cabeza al tigrense, que buscará en agosto hacer pie en una región clave del mapa bonaerense, sobre todo después de los alejamientos de Diego Molea y los Mércuri en Lomas de Zamora, de Alberto Roberti y Mónica López en Avellaneda, de Walter Queijeiro en Quilmes y de Giustozzi, claro, en Almirante Brown. El poder territorial del espacio que terminó tercero en las últimas elecciones presidenciales quedó muy debilitado en esta sección en particular. Por eso, la misión de Massa fue intentar ordenar y prácticamente empezar de cero.

 

Este municipio es un fiel reflejo de ese panorama. Los concejales renovadores Alejandro Torres, Mabel BenítezDaniel Bolettieri -ex jefe comunal que reemplazó a Giustozzi que fue radical, kirchnerista, massista, nuevamente kirchnerista y otra vez massista- vienen del giustozzismo. La explicación de esta realidad que atraviesa hoy el FR local responde a lo que sucedió con Giustozzi en los últimos años. Fue una de las figuras de Massa en 2013, subido al barco en contra de "Cristina eterna"; hizo campaña en la provincia intentando destacarse del resto de los candidatos renovadores, se manifestó en contra de Macri y hasta criticó también al tigrense por llevar en su lista a dirigentes del PRO, como Gladys González y Soledad Martínez. Luego terminó retornando al Frente para la Victoria para perder la interna local y apoyar, desde su banca en el Congreso, las iniciativas de Cambiemos. "Bolettieri le custodió la intendencia y ahora quiere quedarse con el massismo", se quejan los renovadores.

 

A esos tres ediles mencionados se le sumaron los nuevos: Luis Chávez, Natalia Ibarra y Fernando López. Y en este 2017 vuelven a aparecer en escena los protagonistas de la última interna massista: Horacio Jerez -número dos del sindicato del Calzado y ex concejal kirchnerista- y Mario Serrano -el vencedor de aquella contienda-, además del ex precandidato a intendente Mauricio Silva, quien viene trabajando con Massa desde el origen del armado renovador en Brown y tiene ganas de jugar en esta elección. La semana pasada, Bolettieri abrió un local en Adrogué y días después hizo lo mismo Serrano. "La gente acá es muy massista, nosotros sacamos 23 puntos, cuando todos nos daban por muertos", evalúa, pese a todo, uno de los dirigentes locales que responden al líder del Frente Renovador. "Siempre y cuando derrotemos a la polarización inventada por Macri nos va a ir bien; va a ser una elección de tercios", se esperanza.

 

Por su parte, Macri y Vidal ya bendijeron nuevamente a un viejo conocido en el distrito: Carlos Regazzoni. El ex titular del PAMI echado por el presidente de la Nación a mediados de marzo encabezará la lista de concejales de Cambiemos y ya está trabajando en la campaña: está recorriendo el municipio y comienza a recibir el apoyo de funcionarios y legisladores nacionales y provinciales. Por Brown ya desfilaron, por ejemplo, los ministros nacionales de Cultura, Pablo Avelluto, y de Desarrollo Social, Carolina Stanley; y el ministro de Gobierno bonaerense, Joaquín De la Torre, entre otros. Estas visitas se repetirán en las próximas semanas.

 

La orden que bajó desde el centro de operaciones PRO es clara: "La tropa tiene que reordenarse detrás de Regazzoni, él es el candidato que quieren Macri y Vidal". Así le confió a Letra P un importante funcionario de Cambiemos, consciente de que en Almirante Brown no solo el bloque de cuatro concejales sino también el resto de los dirigentes locales macristas/radicales/lilitos estaban muy dispersos y sin directivas claras. Los actuales cuatro ediles de Cambiemos provienen de distintos sectores: Julio Arriete (Patricia Bullrich), Patricia Bontempo (Juventud PRO), Sergio Oscar Guerriere (UCR) y la mencionada Niveyro.

 

"Todos tienen que entender que es el hombre del presidente y la gobernadora en Brown. De esta forma se van a alinear rápido los planetas", insistió la fuente consultada. Pero a priori no parece ser una misión sencilla, porque muchos habían quedado enojados con Regazzoni cuando abandonó el distrito y se sumó al Gobierno. Pero ahora que el Presidente lo eligió como su candidato local, deben abocarse a construir una unidad que por el momento no es tal. 

 

Cuando se conoció su salida del PAMI, alrededor de Regazzoni se creó un mito que aseguraba que él había sido desplazado por no haber hecho el ajuste que requería el ala dura del Gobierno. Lo cierto es que muchos aseguran que eso no fue tan así: Regazzoni fue despedido por haber duplicado la planta de asesores políticos. O sea, Macri no lo echó por no ajustar sino por gastar más dinero aún. Así lo advierten quienes conocen de cerca la situación.

 

Regazzoni, a diferencia de su padre Carlos -el excéntrico artista plástico muy reconocido en Longchamps- es visto de reojo por muchos de sus colegas del PRO también porque "no es de Almirante Brown", según reprochan. Cuando se fue de la ciudad a cumplir funciones en el Gobierno se llevó con él a varias personas de Adrogué, que son las que le cuidaron el territorio. Además, contó con el guiño de sindicalista Gerónimo "Momo" Venegas y, de esta forma, recibió el apoyo del peronismo duhaldista local, que, comentan en Brown, le sirvió para obtener un poco más de volumen y permanencia en el barrio. Por otro lado, quien se erige como "la pata peronista" en Cambiemos es Alberto Auruccio, ex secretario de Gobierno de Jorge Villaverde.

 

También aparece en el PRO Diego Fernández Garrido -ex jefe de campaña de Giustozzi gobernador y ex secretario coordinador en la gestión de Bolettieri-, no como Santiago Perón, ex concejal macrista que por ahora no es mencionado en el armado.

 

De esta forma y por lo bajo, en el oficialismo -que este año pone en juego nueve bancas en el Concejo- observan cómo se desenvuelven las dos oposiciones -dos concejales del Frente Renovador cumplen su mandato- y advierten que les está sucediendo a ambas algo parecido: "El FR y Cambiemos tienen gente que está acá en Brown, que viene trabajando e intentando hacer las cosas bien, pero de golpe aparece gente de afuera que se mete de prepo y eso cae mal". Se refieren concretamente a Bolettieri y Regazzoni. Y, en esas disputas, quienes parecen correr de atrás son -en el caso del FR- Serrano y -por el lado de Cambiemos- la actual concejala y más histórica del PRO Miriam Niveyro.

 

Así las cosas, en el Frente para la Victoria están muy cómodos con el escenario planteado en la vereda de enfrente, aunque la inminente definición de la unidad o la interna peronista promete agitar el avispero en un oficialismo que, por ahora, contiene a los diferentes sectores que conformaron la alianza ganadora en 2015.

 

Alberto Fernández
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