Un nuevo 24, signado por el dolor y la esperanza

Este 24 de marzo movilizará una vez mas al pueblo argentino, en las plazas de todo el país. Millones de personas mostrarán que la democracia es el modelo elegido para vivir en nuestra sociedad y recordarán a las víctimas del genocidio perpetrado por la dictadura cívico-militar. Pero las plazas serán también expresión de lo que nos falta para construir una sociedad mejor, mas igualitaria, donde todos tengan lugar para el goce de los derechos esenciales que son reconocidos para todos, pero disfrutados plenamente por una minoría.

 

Las marchas de hoy expresarán sin dudas el dolor y la bronca de los sectores populares, que asisten a una nueva etapa de retrocesos en el goce de derechos, el incremento de la desocupación, la exclusión, la pobreza y la indigencia.

 

Este nuevo aniversario se enmarca en las disputas que los sectores autoritarios de nuestra sociedad, han decidido redoblar para desvirtuar el sentido histórico de esta fecha y lo que se produjo en la Argentina. Vienen a negar lo que sucedió. A decir que no fueron 30.000 los desaparecidos y a plantear que no fue un genocidio sino una guerra, en la que se enfrentaron dos demonios iguales de malos. O bien que las fuerzas armadas solo obedecieron a un gobierno constitucional que les ordenaba aniquilar la subversión. También niegan que los militares argentinos torturaran cobardemente a sus propios soldados en la guerra de Malvinas o que los 123 soldados NN enterrados allí deban ser identificados.

 

El propio presidente Mauricio Macri y funcionarios de este gobierno (que incluye carapintadas que se alzaron contra la democracia), vienen instalando este relato histórico plagado de falacias y mentiras.

 

Pero estos relatos son parte de un proyecto que intenta consolidar un modelo de país para pocos, donde la riqueza quede en manos de los poderosos de siempre.

 

Y para esto promueven doctrinas que se constituyen desde la segregación, la discriminación y la desigualdad. Y estas se plasman en políticas que violan los derechos humanos.

 

Para consolidar ese modelo de país, apelan a discursos que construyen enemigos peligrosos a los que solo queda criminalizar, torturar, encerrar o matar: los jóvenes pobres, los migrantes, los grupos con diversas identidades de genero, los adictos, los trabajadores que paran, los que protestan. Y lejos de pensar políticas que los incluyan, se despliega sobre ellos la violencia estatal, que solo genera mas violencia en la sociedad.

 

La máxima expresión de estas políticas, lo constituyeron los 7 jóvenes muertos bajo custodia del estado, en la comisaria de Pergamino. Pero también se puede observar en la detención de Milagro Sala o la cruenta represión que padecen los pueblos mapuches o los obreros que protestan.

 

Los problemas sociales que genera la desigualdad, no se resuelven con la policía y la cárcel sino con políticas publicas que integren y brinden posibilidades.

 

Pero en estos tiempos de retrocesos, algunas iniciativas nos ayudan a seguir adelante. La ley que creo el sitio de memoria en el ex centro clandestino de detención conocido como el Pozo de Quilmes, desafectando el bien del uso policial y entregándolo a la Comisión por la Memoria, es sin dudas un hecho histórico muy importante. El lugar será administrado por un Consejo integrado por el Colectivo de organizaciones de Quilmes, la Municipalidad, la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia y la Comisión por la Memoria. Allí no solo se recordara a las víctimas del horror, también se implementaran políticas publicas de derechos humanos que trabajen sobre las graves violaciones de derechos humanos del presente.

 

Esta iniciativa pudo hacerse realidad, porque diferentes sectores políticos y sociales construyeron unidad en la diversidad, amasaron las diferencias, hicieron el esfuerzo de sentarse con otros que no piensan los mismo.

 

Y así, en un tiempo de retrocesos y regresiones, prevaleció la unidad que permitió recuperar para el pueblo, un lugar emblemático que sumará en la disputa por el sentido de nuestra historia, nuestro presente y fundamentalmente nuestro futuro. Una herramienta mas para enfrentar el olvido, la negación y la mentira. Para alimentar la esperanza y seguir luchando por un país más justo, igualitario y democrático.

 

renuncio guibert, un funcionario clave de posse
El intendente de Santa Fe Juan Pablo Poletti.

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