Política

Galli le garantizó al Indio Solari un negocio de 260 millones de pesos

El intendente, que se encargó del acondicionamiento del predio con recursos públicos, dijo que se vendieron 325 mil entradas. Le cobró sólo $300.000 el alquiler y le salió de “fiador”.

OLAVARRÍA (Enviados). Si lo que dijo es cierto, el intendente de esta ciudad, Ezequiel Gallí, le garantizó al Indio Solari un negocio de 260 millones de pesos libre de unos cuantos e importantes gastos, de los que se hizo cargo la Municipalidad.

 

El dato surge de las declaraciones formuladas este lunes por el jefe comunal macrista a radio Mitre, donde aseguró tener información extraoficial que le permite afirmar que la productora En Vivo SA, organizadora del show que terminó en tragedia el sábado pasado, vendió 325 mil entradas. A razón de 800 pesos por ticket, la cuenta arroja una recaudación bruta que alcanza esa suma.

 

Aún descontados los gastos de producción, semejante cifra convierte en un chiste la cifra que el artista debió destinar al alquiler del predio: 300 mil pesos.

 

“PRECIO: El valor de la locación que abonará la productora como única contraprestación a favor de la masa y en concepto de precio total, la suma de $ 300.000, en dos cuotas”, establece la cláusula segunda del acuerdo que firmó En Vivo SA con la Cooperativa Agraria Limitada Olavarría, dueña de los terrenos, a través de la síndica Gabriela Wessburd, que actúa en el marco del concurso preventivo que enfrenta esa entidad.

 

 

Como se conoció en las últimas horas, el intendente Galli, que se niega a asumir responsabilidades en el desborde del show, se la hizo fácil al Solari.

 

Además de conseguirle un precio irrisorio por la locación del predio, puso a disposición todos los recursos técnicos y humanos necesarios para realizar las obras de acondicionamiento del terreno y se presentó ante el juzgado en lo Civil y Comercial Nº 2 de Azul como “fiador” de la empresa organizadora. Es decir, si la empresa no pagaba, pagaba la Municipalidad –los vecinos de Olavarría.

 

Todo está en dos cláusulas correlativas del convenio:

 

“OCTAVA: ACONDICIONAMIENTO. (…) Los trabajos relativos a la limpieza, desmalezamiento, nivelación de suelos y provisión de servicios propios del égido urbano será provisto por la Municipalidad de Olavarría”.

 

“NOVENA. AVAL. (…) Considerando que por el convenio que entre las mismas celebren ésta última será la encargada de llevar a cabo las tareas de acondicionamiento del predio, aportando recursos materiales y humanos para la realización del show, la Municipalidad de Olavarría, garantizando el acuerdo por la magnitud del evento, se constituye en FIADOR de las obligaciones que la productora asume frete a la cedente”.

 

EL ARCHIVO DELATOR. Gali hizo su primera aparición pública después de la tragedia el domingo al mediodía en una conferencia de prensa. Casi un día después, el lunes por la mañana, habló con el periodista Jorge Lanata. Ahora, al parecer, se guardó hasta nuevo aviso. “Él no va a hablar más y bajó la orden de que nadie de su gabinete lo haga”, dicen en la Municipalidad.

 

En esas dos únicas manifestaciones públicas, el intendente ha insistido en dejar en la cancha de la productora del espectáculo la pelota de la responsabilidad por los desbordes. “No podíamos contemplar la gran irresponsabilidad que tuvieron de vender tantas entradas”, dijo en la radio, y lanzó el dato “extraoficial” de los 325 mil boletos supuestamente vendidos.

 

No obstante, declaraciones formuladas recientemente a una radio local –acaso salidas de la euforia de haber cerrado el acuerdo para la realización en Olavarría del show más esperado en todo el país- dan cuenta de que una concurrencia superior a las 300 mil personas no estaba fuera de las previsiones oficiales. “Como mínimo esperamos a 200 mil”, estimó entonces y fue por más: “Acá lo tengo al lado a mi padre político, a mi padre postizo, (Héctor Jorge) El Negro Larreche (el referente peronista que construyó desde la nada la meteórica carrera del alcalde a medida del discurso del cambio) que tiró un número de 350 mil”. El reportaje termina, incluso, con una frase que podría dar cuenta de una consideración liviana de la magnitud de lo que estaba organizando: “Incluso se generaron algunas apuestas en la Municipalidad para ver quién adivina el número”, contó Galli cuando todo era una fiesta.

 

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