GOBIERNO VS SUPERMERCADOS

“Precios Transparentes”: no baja el valor de alimentos y miran con lupa las promociones

A poco de su implementación hubo caídas aisladas en electro. Copal alertó que, por tarifas y combustibles, habrá más subas en almacén. Curioso sistema oficial para saber qué opinan los consumidores.

Lo que a priori sería una disposición de la Secretaría de Comercio se transformó en una épica del Gobierno. La norma que dispuso el blanqueo del costo financiero de compras a crédito y presuntas rebajas para el pago en efectivo pasó a ser el ariete del presidente Mauricio Macri en la batalla subterránea que mantiene con los empresarios del consumo, una actividad que durante el kirchnerismo tuvo ganancias récord y en la que el jefe de Estado pensaba apoyarse para iniciar la recuperación del alicaído gasto de las familias. Esto último no ocurrió y quedó en evidencia la disputa entre ambos bandos. Hoy subyacen dos problemas. En las primeras horas sin cuotas se frenó el consumo de alimentos y bebidas y no hubo bajas de precios en esos rubros, que sustentan la inflación que más preocupa a la administración Cambiemos: la inflación núcleo, la que no tiene que ver con cuestiones estacionales ni subas tarifarias. Pero no es el único escollo que afronta el plan oficial de precios. Desde la cámara alimenticia Copal, que preside el abogado Daniel Funes de Rioja, aseguraron a Letra P que es muy probable que, por el alza en luz, gas y combustibles, haya un subas en el precio de los alimentos de la canasta básica. En general, los productores de estos bienes trasladan los costos a precios, sobre todo cuando hay influencia de aumentos en el tramo de logística.

 

Para el Gobierno, el tema precios se convirtió en una obsesión tal que dos funcionarios de peso se empezaron a ocupar de “Precios Transparentes”. La decisión de cortar con las cuotas sin interés fue, primero, una recomendación del titular del Banco Central (BCRA), Federico Sturzenegger, que se tradujo luego en la posición del ministro de la Producción, Francisco Cabrera, que comunicó la medida. Extraño: el funcionario no es el interlocutor oficial con los grandes cadenas de supermercados, tarea encomendada al secretario de Comercio, Miguel Braun, y a su ladero Javier Tizado hijo. Ante este contexto, el influjo de las ideas de Alfonso Prat Gay parece sobrevolar aún la cartera de Comercio y Producción. El Gobierno insiste en que las promociones de los supermercados, las que ofrecen 2 x 1 u ofertas en la segunda unidad, son negativas y engañosas, más aún cuando no logran bajar los precios de los alimentos. Lo que en varias reuniones se trató de explicar respecto al punto es que las promos son acuerdos con los fabricantes, un sector con el que el Gobierno parece aún no querer entrar en conflicto, pero que es parte central en la formación del valor final de los productos.

 

Básicamente, el acuerdo de precios cash más económicos se cerró casi con los retailers de electrodomésticos, como Frávega y Garbarino, único sector que aceptó garantizar algún margen a la baja. De hecho, en los primeros días de implementación de la nueva medida se vio cierta reducción en algunos productos del rubro. La idea tiene nombre propio: “Precios Transparentes”. Lo acercó a Comercio Carlos García, el CEO de Garbarino, que, junto a Frávega, además de comerciar, fabrican productos de electro y son socios de la cámara Afarte, que nuclea a los ensambladores de Tierra del Fuego.

 

Naturalmente, las empresas de electro no se quedaron sin nada y se garantizaron un acuerdo exclusivo con el Banco Nación para seguir vendiendo a crédito con tasa preferencial, algo vital para un segmento que, en su mayoría, se mueve con financiación. Enterados de la movida y a través de la Cámara ASU, los grandes súper pidieron el mismo plan al Nación. Pero recibieron una negativa. Hoy, los hipermercados representan el 20% del total del mercado de electro y el 80% de las ventas de estos productos se hace con algún tipo de crédito. Y miran con preocupación las deficiencias en la implementación del plan oficial, que congeló las ventas por el anuncio repentino de la salida del crédito en los supermercados.

 

También hay incógnitas en el sistema bancario. Los cajeros automáticos están poblados a toda a hora y hay casi el doble de retiros en efectivo, dado que, además, ya no hay beneficio por compras con débito. Y el segundo punto es el silencio que mantienen los bancos nacionales y privados, que están analizando cómo van a acomodar sus tasas. Actualmente, cada banco maneja un Costo Financiero Total diferente, lo que hace imposible que los comercios exhiban un valor único para el pago en cuotas.

 

Más allá del desconcierto que generó “Precios Transparentes”, el Gobierno sigue confiado en que es lo mejor para ordenar y contener precios y costos de tarjeta abultados. Ese entusiasmo se sustenta en los datos que arrojaron y arrojan sus sistemas de medición de percepción en redes sociales. Antes de aprobar la Resolución, Comercio refutó las alertas de los supermercados sobre este punto. Los comercios aseguraron que se pararía la demanda y subirían los precios de canasta básica. Les contestaron con que el 87% de los consumidores tenían una opinión favorable de la medida. ¿De dónde salieron las cifras? De un sistema de medición de opinión en redes sociales, un programa creado para cruzar datos de Facebook y Twitter con lo que se publica en la prensa y en los comentarios de las notas. La plataforma virtual que ha elegido Cambiemos para tomarle la temperatura a lo que ocurre en la calle.

 

 

Automeme de Javier Milei. 
Daniel Funes de Rioja y el lobby empresarial

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