REFORMAS PRO

Final de bandera verde para el ajuste jubilatorio en Diputados

Cambiemos tiene el número para sacar la reforma pero teme que la presión social lo complique. Duro mensaje interno de Massot. Rebelión contra los gobernadores, dudas en el FPV y asunciones exprés.

Con el número justo, en un clima de extrema tensión y sin ningún margen de error, Cambiemos se encamina a aprobar este jueves la reforma que recorta las jubilaciones, con el apoyo de algunos bloques provinciales. La rebelión de los integrantes del Bloque Justicialista –que dará quórum para garantizar el comienzo del debate–, la resistencia del kirchnerismo, el massismo, la izquierda y el progresismo, alcanzarían, en el cálculo más optimista, para superar apenas la posición del oficialismo, que cree que la victoria será apretada pero que apuesta a ausencias y abstenciones para alcanzarla. 

 

El pacto fiscal firmado entre el Gobierno nacional y los gobernadores no logró garantizar el número al que el oficialismo aspiraba a conseguir en el recinto. A pocas horas de la sesión, en el seno de Cambiemos las previsiones daban unos 127 votos a favor del proyecto, ya que el presidente de la Cámara, Emilio Monzó, podrá expedirse solo en caso de empate. Sin Julio de Vido - suspendido y detenido - el cálculo más optimista de la oposición, en el hipotético e improblable caso de que todos los diputados voten en contra, arroja exactamente el mismo número: 128. 

 

Para el oficialismo, las ausencias y probables abstenciones serán claves a la hora de inclinar la balanza de la votación. También la presión que puedan ejercer, a último momento, los gobernadores sobre los diputados que se resisten a votar la ley. Desde la Casa Rosada, el mensaje fue claro: si no votan la reforma previsional, se cae todo el pacto fiscal que los gobernadores firmaron para evitar el fallo del Fondo del Conurbano, que amenazaba con desfinanciar a sus provincias. 

 

El interbloque que responde a los gobernadores, Argentina Federal, que tiene 34 diputados, hasta el momento no garantiza los votos con los que esperaba contar el Ejecutivo. Los 19 legisladores del Bloque Justicialista, que forma parte de ese espacio, ya adelantaron que no tienen “voluntad de acompañar” la reforma, pese a la insistencia de los mandatarios. “Los gobernadores pueden firmar lo que quieran. Pero acá los que votamos somos nosotros, no ellos. No es automático”, dijo este miércoles a Letra P un referente del bloque.  

 

Los diputados pampeanos ya cuentan con el aval explícito del gobernador Carlos Verna para encabezar la rebelión mientras que otros siete miembros del bloque, que no responden a ninguna autoridad provincial, entre ellos Diego Bossio, ya anunciaron que la rechazarán. Más compleja es la situación de los diputados cuyos gobernadores firmaron el pacto fiscal y les piden que voten la reforma, como es el caso de los representantes de Chaco, Entre Ríos, Salta y La Rioja. El chaqueño Juan Mosqueda firmó el martes el dictamen de mayoría, junto con el oficialismo, que cuenta con su voto para el cálculo final. El peronismo lo pone en duda.  

 

 

En el bloque que conduce el salteño Pablo Kosiner no descartan que algunos diputados, que no quieren acompañar el proyecto, se abstengan o se ausenten a la hora de votar. Cualquiera de esas dos opciones terminará beneficiando a Cambiemos, que necesita de la mayoría simple para aprobar el proyecto. En contra de la ley se pronunciarían, también, los tres diputados por San Juan que no forman parte del Frente para la Victoria y responden a Sergio Uñac. Y aunque su gobernador, Miguel Lifschitz, también firmó el pacto fiscal, el socialista Luis Contigiani ya anunció que votará en contra. 

 

En tanto, los gobernadores de Tucumán, Juan Manzur, de Misiones, Hugo Passlacqua, y de Córdoba, Juan Schiaretti, ya garantizaron que sus diputados, que forman parte del interbloque Argentina Federal, acompañarán la reforma. Entre todos suman 12 diputados, ya que en las últimas horas el bloque Justicialista por Tucumán sufrió la fuga de la tucumana Alicia Soraire, que decidió volver al Frente para la Victoria. A favor del proyecto Cambiemos cuenta que votará la diputada Alma Sapag, del Movimiento Popular Neuquino, y a los seis diputados por Santiago del Estero, de Gerardo Zamora.

 

En el Frente para la Victoria no todas son certezas. Sin De Vido y con el retorno de Soraire – que aún no definió su voto – el bloque suma 66 votos. Pero en la bancada que conduce Agustín Rossi hay dudas sobre qué harán los diputados de Catamarca y Formosa, provincias cuyos senadores acompañaron el proyecto en la Cámara alta. Los legisladores que responden al gobernador formoseño Gildo Insfrán rechazan el proyecto y en el kirchnerismo aseguran que el mandatario firmó el pacto fiscal presionado por su situación judicial en la causa Ciccone.

 

El interbloque Frente Renovador – UNA, que conduce Graciela Camaño y tiene un total de 20 diputados, también votaría en contra de la reforma. En ese espacio, la lupa estará puesta sobre la cordobesa Adriana Nazario, esposa del ex gobernador José Manuel de la Sota, y la chubutense Rosa Muñoz, que responde al gobernador Mariano Arcioni. En el massismo aseguran que no habrá fracturas. En contra también votarán los cuatro representantes de San Luis, los tres diputados del Frente de Izquierda, los cuatro diputados del Momvimiento Evita, los santafesinos Alejandra Rodenas y Alejandro Ramos – ambos titulares de monobloques – y el mendocino Omar Félix

 

 

 

POR LA PROPIA. En el interbloque Cambiemos contabilizan 107 votos propios. En esa lista están incluidos dos diputados que asumirán este mismo jueves su banca en el bloque PRO: Astrid Hummel, que reemplazará a la rosarina Ana Martínez, y Jorge Enriquez, que irá en el lugar de Joanna Picetti, la diputada que fue excluida de la lista por decisión de las mismas autoridades de Cambiemos, por las denuncias que pesaban en su contra por parte de su círculo familiar. Enriquez renunció este miércoles a su cargo como subsecretario de Justicia porteño para asumir su banca, con el oficialismo urgido por los números. El presidente del interbloque, Mario Negri, no incluye en el conteo a los cuatro diputados que forman parte del interbloque Social Demócrata, que conduce Martín Lousteau, que presentó un dictamen propio. El ex embajador en Estados Unidos no garantizó, tampoco, que vaya a votar en contra. 

 

“Nosotros ya hicimos todo, no está en nuestras manos”, dicen en el interbloque Cambiemos. Un mensaje similar fue transmitido a la Casa Rosada por el mismo jefe de la bancada, el radical Negri, que le pidió al Ejecutivo que ponga la cara por la reforma. En el Ejecutivo activaron las llamadas a los gobernadores. Hacia Balcarce 50, y también hacia adentro del bloque, se dirigió el presidente del bloque PRO, Nicolás Massot, cuando durante el debate en comisiones pidió enardecido a los diputados que no sientan “culpa” de votar la ley. 

 

Con todo, el escenario es incierto. Algunos operadores de Cambiemos temen que la presión social y la tensión que se vivirá durante toda la jornada, con un Congreso vallado y las fuerzas de seguridad con orden de reprimir, terminen convirtiendo el debate en “la batalla de Cancha Rayada”. Es decir, en una derrota sorpresiva. O que la ley se aprobada en general y sufra cambios en los artículos en particular, sobre todo en lo que respecta a la fórmula del cálculo de haberes.  “Está claro que el clima de hoy no es el mismo de hace diez días, cuando la aprobó el Senado. Lo vimos ayer”, reflexionó este miércoles un diputado del Bloque Justicialista. La oposición apuesta a que la cancha se incline a último momento.

 

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