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Congreso de aceiteros puso la lupa crítica sobre la reforma laboral

Referentes de la federación, junto a un panel internacional y abogados laboralistas, cuestionaron el proyecto promovido por el Gobierno, en perspectiva con el panorama latinoamericano.

Días atrás se desarrolló el Congreso anual de la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina, conducida por Daniel Yofra. En ese marco, referentes sindicales de los aceiteros, junto a miembros de la Asociación de Abogados Laboralistas y un panel de especialistas en la materia provenientes de Brasil, Uruguay y México, analizaron críticamente el proyecto de reforma laboral impulsado por el gobierno de Mauricio Macri, en perspectiva con el panorama reformista que se refleja en este aspecto en los mencionados países latinoamericanos.

 

En ese ámbito, se pensó la reforma laboral como “uno de los instrumentos para lograr una reestructuración social amplia que va en contra de los derechos humanos básicos, a partir de las ideas rectoras de libertad individual”. Al advertirse en el encuentro que el derecho del trabajo “vino a compensar las relaciones desiguales que existen entre patrones y trabajadores/as, donde una de las partes es la fuerte (la patronal) y una la débil en términos económicos, ya que lo único que tienen es su fuerza de trabajo (los y las trabajadoras)”, se remarcó que “no se pueden pensar las relaciones de trabajo en término de equilibrio, relaciones de colaboración o cooperación”.

 

El Congreso de aceiteros contó con la participación de una gran cantidad de delegados, secretarios y autoridades de sindicatos de distintos puntos del país, quienes sostuvieron que la clase obrera debe organizarse, pese incluso a las posturas que tomen las distintas centrales sindicales, para enfrentar la reforma laboral.
 

 


Como parte del panel internacional, Jorge Robles (México), propuso pensar su exposición como “si nos enfrentáramos a un espejo”. Vale señalar que la reforma en el país azteca tiene cinco años de vigencia y, si bien existen situaciones que vienen desarrollándose con anterioridad, se advirtió que dicha reforma “posibilitó la existencia de nuevas relaciones de trabajo, en las que paradójicamente, no existe salario. El 64% de mujeres y 19% de hombres que trabajan no tienen salario”.

 

“En un contexto represivo extremo, expresado miles de personas desaparecidas en México, mujeres y niños/as explotadas y violentadas, las posibilidades de organización sindical y resistencia a las medidas regresivas se ven drásticamente reducidas”, se resaltó.

 

Asimismo, se afirmó que en México, al igual que en Brasil, la tercerización creció hasta el hecho de tener que hablar de “cuarterización” o “quinterización”, es decir, “sucesivos eslabones en la cadena de subcontratación, en las que a medida que más lejos se encuentra el/la trabajadora del centro del negocio peores son sus condiciones de trabajo y está sometido a mayores riesgos, incluso y muy especialmente en el sector formal de la economía y bajo régimen de trabajo registrado”.
 

 


En lo que refiere a la situación que atraviesa Brasil, expusieron Juan Dowling, Max Garces, Felipe Vasconcelos y Magda Barros Bivaschi (ex jueza del trabajo). “El golpe institucional -subrayaron- no fue sólo contra Dilma Rousseff, sino y principalmente fue contra la clase trabajadora. Los mismos votos que obtuvo el Impeachment, obtuvo la reforma laboral”.

 

Al etiquetar estas leyes como "inmorales", los especialistas señalaron que los tres ejes más importantes de la reforma brasilera “implicaron el ataque a los más elementales derechos en la relación de empleo, a las organizaciones laborales, y a la justicia laboral”.

 

En América latina -detallaron los especialistas brasileros- “está en cuestión la ciudadanía, la soberanía, la democracia”. Así, se remarcó que, al igual que en México, la ofensiva contra quienes "viven de su trabajo", se complementa con actos represivos que tienden a desmovilizar no sólo a sectores sindicales, sino a sectores estudiantiles, docentes secundarios y universitarios, a partir de agrupaciones de extrema derecha.

 

En otro de los paneles, donde participaron abogados laboralistas como Paula Lozano, Matías Cremonte, Carlos Zamboni, Eugenio Biafore y Alexis Barraza, se hizo foco crítico en la propuesta de reforma laboral en Argentina. Más allá de los aspectos que se logren modificar del proyecto de reforma laboral, los panelistas alertaron sobre los objetivos últimos que motivan la ley y que “van contra del propio leitmotiv de los derechos del trabajo: una regulación que compense las relaciones desiguales inherente en la relación capital-trabajo, patrón-trabajador”.

 

“En los primeros párrafos del proyecto se puede leer el objetivo de liberar las fuerzas productivas, remover los obstáculos que impiden que esas fuerzas corran con la velocidad que deberían desde el punto de vista empresario. Desde esta concepción, las leyes laborales se consideran fuerzas distorsivas, que impiden esa libertad y los sindicatos son conceptualizados como monopolio de la mercancía del trabajo”, se remarcó.

 

En este sentido, recordaron que la propuesta planteaba anular el concepto de irrenunciabilidad del individuo respecto de la legislación protectoria (es decir, un trabajador podría aceptar peores condiciones de trabajo de las que tiene derecho por ley, lo que en una situación de crisis económica y desempleo, podría significar la única manera de mantener la fuente laboral), la ampliación de la jornada laboral, la reducción del plazo a un año para iniciar acciones judiciales contra las patronales, la ampliación de la tercerización laboral, la desresponsabilización de las patronales tercerizadoras, la implementación de un banco de horas, la anulación de multas por el trabajo no registrado de la mano con políticas de blanqueo que perjudican al/a trabajadora y su trayectoria laboral, entre otras.
 

 


“Todas estas propuestas de modificaciones sustanciales a la Ley de Contrato de Trabajo -afirmaron- se presentan bajo la premisa falsa (desmentida incluso por la misma OIT en base a la experiencia de países donde ya se ha implementado) de que tal reforma legislativa flexibilizadora va a crear empleos”.

 

Por otro lado, los abogados laboralistas argentinos expresaron una fuerte preocupación a partir de las formas en el que Macri se expresó al hablar de las "mafias" de los juicios laborales y se recordó que estos dichos “tienen fuertes repercusiones históricas al recordar que en Argentina cientos de abogados laboralistas fueron reprimidos, algunos incluso se encuentran desaparecidos, durante la última dictadura militar por ejercer su profesión en defensa de trabajadores y trabajadoras”.

 

“Esta Reforma, junto con la Reforma Previsional, presentada en sus líneas generales por el abogado Luciano González, y que bajo las recomendaciones del FMI implicaría subir la edad jubilatoria, congelar la ley de movilidad, la venta del fondo de garantías quitándole toda sustentabilidad al sistema, entre otras, significarían un retroceso fenomenal para todos y todas las trabajadoras”, puntualizaron.

 

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