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Insólita pelea en Derecho por “reservas” de nombre e imagen para las elecciones

Las agrupaciones se “primerean” para apropiarse de siglas, sellos y referentes. Macri, Cristina, Lousteau, López Murphy, Stolbizer, Balbín, y Fidel Castro, los más solicitados.

En la previa al cierre de listas de las elecciones de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, las agrupaciones que se anotaron en la contienda se cruzaron un una insólita “guerra” por las reservas de nombres, imágenes, sellos y siglas para incluir en las boletas y promocionar durante la campaña de los comicios que comenzaron este lunes y cierran el viernes por la noche.

 

Por el Centro de Estudiantes compiten distintas listas que aglutina a espacios como los radicales de Franja Morada, los socialistas de La Nuevo Derecho, el PRO, el kirchnerismo, el peronismo, el sindicalismo, el progresismo, las agrupaciones independientes y la izquierda.

 

Con diversidad de reclamos, ofertas y propuestas, las distintas nóminas se presentan como ligadas y vinculadas a referentes políticos nacionales o locales y con quienes se sienten “identificados” y operan en las elecciones estudiantiles.

 

La reserva de nombres permite a los competidores apropiarse de una figura política, un sello partidario, un logo y hasta un pokémon para que ninguna otra agrupación pueda utilizarlo en la campaña. Existen casos en donde se llega a un común acuerdo ante la Junta Electoral y dos agrupaciones hacen uso del sello de un partido político o la sigla de un sindicato, por ejemplo.

 

No obstante, el trámite devino en situaciones insólitas como una “pelea” entre los radicales y los socialistas por el nombre del embajador argentino ante Estados Unidos, Martín Lousteau. Tanto la Unión Cívica Radical como el Partido Socialista integran el frente Energía Ciudadana Organizada (ECO) y apoyaron al ex ministro de Economía como candidato a jefe de Gobierno, pero como en Derecho tienen una enemistad de años, entraron en una riña que quedó plasmada en la vidriera donde las distintas listas dejaron asentadas sus reservas.

 

En ese mismo sector, la Franja Morada, que en esa facultad se alinea con el consejero porteño Carlos Más Vélez y su hermano, Juan Pablo, pidió reservar el nombre de dirigentes históricos del partido centenario como los ex presidentes Hipólito Yrigoyen y Raúl Alfonsín.

 

Por su parte, el PRO excluyó al resto de las nóminas de la posibilidad de utilizar nombres como Mauricio Macri, Gabriela Michetti, Horacio Rodríguez Larreta y hasta Ricardo López Murphy, el fundador de Recrear, el espacio político que se alió con el partido amarillo en sus inicios y que aportó dirigentes como el actual ministro de Educación de la Nación, Esteban Bullrich.

 

El macrismo protagonizó una reyerta con la oficialista Franja Morada por el sello Cambiemos. El PRO ya lo había reclamado como propio el año pasado, pero la Junta Electoral lo impugnó. Finalmente, a pesar de la puja interna, el sello fue impreso en el margen inferior de la boleta.

 

En tanto, la agrupación Nuevo Encuentro, vinculada a Martín Sabbatella, forjó un acuerdo amplio con otras organizaciones kirchneristas y sectores independientes como Seamos Libres. Formaron un frente denominado Acción Colectiva y reservaron la figura de Squirtle, el pokémon de agua y de color celeste con el que hacen campaña en todas las facultades de la UBA donde pelean por controlar el Centro de Estudiantes y que hace días se “cruzó” con el Pikachu del PRO. A su vez, se apropiaron de una frase célebre de ese personaje del dibujo japonés: “Vamo a votarno”. Y también pidieron que nadie use “Justicia Legítima”, el sector de hombres y mujeres de la justicia alineados con el Frente para la Victoria.

 

Por otra parte, Movimiento SUR, que acordó con La Centeno y la JUP, pidió reservar el nombre de Victoria Donda y Progresistas, el frente que lideró Margarita Stolbizer como candidata a presidenta en 2015.

 

En tanto, el Partido Comunista Congreso Extraordinario hizo reservas por el nombre del ex presidente cubano Fidel Castro, por Néstor Kirchner y por Cristina Fernández, algo que hizo hervir de furia a los militantes de La Cámpora.

 

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