Más allá del sinfín de versiones y rumores que aparecen día a día, el único gran dilema, la gran pulseada que se va a dar en los próximos días es con la FIFA por la posible -o no- intervención de la AFA por parte del Gobierno. Los dos bandos que se disputan el poder en la casa madre del fútbol argentino intentarán que se aclare esa situación para, entonces sí, avanzar cada uno con su propósito. Si el presidente de Boca y operador macrista Daniel Angelici consigue el aval de Gianni Infantino, flamente titular de la organización internacional, ese grupo pegará el portazo y se dividirá en dos la estructura del fútbol nacional. Por su parte, los presidentes de Independiente y Barracas Central, Hugo Moyano y el Chiqui Tapia, confían en que no va a haber intervención y, de esa manera, se encaminan a ganar la elección del 30 de junio, para luego discutir el nuevo esquema del reparto del dinero por la televisión.
"Estoy en contra de la injerencia de los gobiernos en el fútbol", dijo el presidente de la FIFA este jueves. "Tenemos que defender la autonomía del fútbol. Esto es fundamental. Los gobiernos tienen que ocuparse de la violencia en los estadios, por ejemplo. Tenemos que trabajar en todos esos temas de desarrollos en el fútbol, donde los gobiernos pueden ayudar a los clubes y a las federaciones. Tenemos que encontrar vías para trabajar y no enfrentarnos porque al final tenemos el mismo objetivo hablando del fútbol, con el gobierno", agregó.
"Si un gobierno cree que puede intervenir en la política deportiva, eso es el papel de la federación, es nuestro papel. Pero es claro que, si un dirigente por ejemplo cometió un acto criminal, las autoridades estatales actúen contra esta persona. Eso me parece muy bien. Pero cuando se trata de gestionar el fútbol, ése es nuestro trabajo", dijo el sucesor de Joseph Blatter en un audio difundido por radio La Red.
Desde el grupo que lideran el jefe de la CGT Azopardo y todos los clubes del ascenso -comandados por Tapia- se toman de estas afirmaciones para continuar con su plan de apostar de lleno a las elecciones del 30 de junio, donde están convencidos de que tienen todas las de ganar. "Hoy por hoy, Moyano y Tapia -cualquiera que se presente- gana la elección", dicen. Entonces, desde ese lugar de poder que les darán los votos, se sentarán a hablar. "Y no es que no queremos a los equipos grandes ni mucho menos; tenemos bien en claro que son la principal locomotora, pero queremos que sea más equitativo, que no sea fútbol amateur por un lado y profesional por el otro", definen.
El moyanismo sabe que Angelici, Marcelo Tinelli y Matías Lammens (San Lorenzo), Víctor Blanco (Racing) y Rodolfo D´Onofrio (River) no tienen los votos suficientes como para ganar los comicios e implementar su idea de la Superliga, que es la misma del Gobierno. En realidad, ambos grupos -clubes grandes por un lado y Gobierno por otro- tienen distintos objetivos pero están unidos por el espanto a Moyano. Allegados al presidente de la Academia fueron claros al ser consultados por su postura: "Que reviva Don Julio antes que Moyano sea presidente".
"El Gobierno quiere habilitar las sociedades anónimas, eso es lo que les interesa, pero el problema que tienen es que no hay ningún candidato en AFA que pueda reunir los votos para llevar a cabo esa política", relató con seguridad un moyanista en diálogo con Letra P. Entonces, con la certeza de que se sienten ganadores, las miradas están posadas fronteras afuera.
"El tema de la intervención va todo de la mano de si tienen el guiño de la FIFA o no. Todo lo que avance en ese sentido -que en definitiva lo que buscan es que no haya elecciones, porque pierden- va de la mano si FIFA da el aval. Si ellos (Macri y Angelici) consiguen el ok de FIFA y pueden avanzar en ese sentido, probablemente suceda eso y ahí entramos en un escenario de fuerte crisis, con la separación de los equipos grandes y el resto", le dijo a este portal un miembro de Ascenso Unido. "Las crisis sabés cómo empiezan pero no cómo terminan", redondeó, y tiró: "Si ese guiño no está, Angelici se va a tener que bajar del caballo y va a tener que consensuar algo con el ascenso".
A un mes de la fecha pautada para las elecciones -esto es lo único concreto y firme-, nadie tiene la certeza de cómo jugará la FIFA. "Es todo un gran partido de póker y cada uno apuesta a un escenario", describió un allegado a la entidad de la calle Viamonte, y explicó con claridad que "en última instancia el problema en sí no es la Superliga, sino que haya un manejo que le permita a la AFA seguir manteniendo los derechos del fútbol, esto es fundamental. Que haya un reparto más equitativo del dinero en vez de como se quiere hacer, reduciendo casi el 90% para los clubes grandes, como la liga española".
En definitiva, y más allá de la Superliga, la única y verdadera discusión de fondo es el manejo de la plata. Ésa es la gran tensión que hay. "Todo lo demás es circo", cerró un hombre de Tapia.
