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Randazzo, de unificador del peronismo a estratega frustrado

El ex ministro del Interior apostó a comandar la renovación del PJ. Y pulseó por la vicepresidencia de Diputados. No logró nada. Se desdibuja su figura de cara a 2017.

Florencio Randazzo intentó orientar la unidad del peronismo y posicionarse como el conductor de la construcción electoral en 2017. No lo consiguió y su figura quedó desdibujada.

 

A comienzos de año, el ex ministro del Interior aceptó la invitación de los intendentes del Grupo Esmeralda y se sumó a la reconstrucción. Superó su etapa de catarsis y negoció la paz con sus ex enemigos de La Cámpora. Esa estrategia apuntaba a encaminar la unidad de lo que fuera el Frente para la Victoria y, desde ese lugar, asumir un rol opositor más aguerrido.

 

También, la intención del ex funcionario K era desmantelar el acuerdo político entre Sergio Massa y la gobernadora María Eugenia Vidal, un acuerdo que claramente había dejado en desventaja al peronismo.

 

El ex ministro quiso ir por todo y apostar al choque con el Gobierno. Se envalentonó  y exigió reclamar la vicepresidencia de la Cámara baja. La idea era ubicar allí a un diputado de su exigua tropa, el bahiense Marcelo Feliú. Llegó incluso a proponer a un camporista para ese rol, atento al acuerdo con ese sector ultra k.

 

También, anotó en la lista de pedidos al Ejecutivo los espacios vacantes en el Tribunal de Cuentas y la Suprema Corte bonaerense.

 

Pero el atrevimiento de Randazzo chocó contra los intereses de los jefes comunales, que negociaban con el Gobierno los cambios en el Presupuesto.

 

Florencio entendió tarde que la jugada era imposible, porque la mayoría peronista no quería desbaratar lo acordado. A esto se sumó el reclamo de La Cámpora, que, atendiendo la propuesta de unidad, exigía obtener la Defensoría del Pueblo, que el gobierno había cedido al peronismo.

 

Con 17 diputados y 8 senadores como dote, los camporistas reclamaban ese lugar para la diputada nacional Fernanda Raverta.

 

La ruptura fue casi inevitable. Y Randazzo quedó enredado en su propia estrategia.

 

Su proyección como artífice de la renovación del PJ y figura central del armado electoral de 2017 entra ahora en un terreno empantanado.

 

“Su apuesta se frustró, es cierto, pero estuvo durante todo el miércoles intentando con nosotros la unidad”, indica a Letra P un jefe comunal del peronismo.

 

Desde otro sector interno, un intendente del PJ remarca que, aunque quedó mal parado, “nosotros no lo vamos a salir a matar”.

 

Sin posibilidad de comandar un frente electoral peronista, Randazzo mira con atención el verano, un momento propicio para la reflexión.

 

Su sueño de un gran lanzamiento electoral quedará para otro momento, si es que la coyuntura política vuelve a darle una oportunidad.

 

Martín Lousteau con Guadalupe Tagliaferri. 
Gabriela Brower de Koning, al frente del debate sobre la movilidad de las jubilaciones. 

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