Para ganar tiempo

El Gobierno enreda el debate por la ley de Ganancias con un llamado al diálogo

Ante el avance del proyecto opositor en el Congreso, la Casa Rosada convocó a legisladores, sindicatos y gobernadores. Así, frena la sanción de una norma que rechaza y evita el mal trago de vetarla.

Según Perón, la mejor manera de conseguir que algo no avance, que no se concrete, es crear una comisión. No hizo exactamente eso el Gobierno con la controversia generada por el proyecto opositor de modificación del Impuesto a las Ganancias aprobado por la Cámara de Diputados, que debía llegar este miércoles al recinto del Senado. Pero hizo algo parecido con objetivo idéntico: convocó al diálogo –no a una mesa, sino a varias mesitas sectoriales- y, con eso, metió la iniciativa en una enredadera de la cual, cuanto menos, tardará un tiempo en salir.

 

En una conferencia de prensa que brindaron en Casa Rosada, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, convocaron a legisladores, sindicalistas y gobernadores -estos últimos, sus aliados para frenar en la Cámara alta el dictamen que hubiera puesto la iniciativa en el umbral de la sanción- a un proceso incierto de diálogo para buscar un proyecto alternativo, acaso un paso intermedio entre las aspiraciones del Gobierno, que hace rato sepultó la promesa de campaña de eliminar el impuesto, y el de la oposición.

 

“Lo más inteligente para tener éxito es que partamos de cero, que nadie se atribuya la autoría del proyecto y que se logre por consenso con el Congreso, los gobernadores y los representantes de los trabajadores”, opinó Frigerio.

 

Peña dijo que, tras la reunión que mantuvieron  con el presidente Mauricio Macri y parte de su gabinete, el Jefe de Estado decidió “convocar a los distintos sectores involucrados para buscar un acuerdo, una solución en el marco de la responsabilidad, la seriedad que se debía esta discusión”.

 

Según la agencia oficial Télam, las reuniones comenzarán de inmediato y, para ello, la vicepresidenta Gabriela Michetti y el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, fueron a la Cámara alta para transmitir la convocatoria presidencial.

 

A su vez el presidente de Diputados, Emilio Monzó, también fue a abrir una instancia de diálogo para proseguir con las reuniones que ya se mantuvieron,  entre otros, con la CGT.

 

Como informó Letra P, cuando todo parecía indicar que el Senado se encaminaba a sancionar la ley de Ganancias aprobada por Diputados, los gobernadores - unidos por el espanto con la Casa Rosada- plantaron bandera contra el proyecto y congelaron el debate en la Cámara alta. El peronismo, entonces, exigió al Gobierno la apertura que abra una mesa de negociación para discutir el tema. "Si el Gobierno no llama, la semana que viene se vota el proyecto en el recinto como vino de Diputados", le había advertido a este portal una fuente del bloque del PJ-Frente para la Victoria.

 

El anuncio que compartieron Peña y Frigerio fue definido este martes por Macri en las distintas reuniones que encabezó, aunque la respuesta para Pichetto es un gesto a medias que inicialmente fue muy resistido dentro de la Casa Rosada. El Gobierno no quiere armar una mesa multisectorial como la que reclamaron todos los bloques sino, al menos, tres o cuatro instancias paralelas: un espacio con los gobernadores, otro con la CGT y una tercera pata con el Senado. Dentro de esas instancias compartimentadas, la estrategia de Cambiemos buscará mantener la iniciativa mediante la omnipresencia del titular de la AFIP Alberto Abad, que le proporcionó los datos fiscales necesarios al oficialismo para convencer a cada uno de los aliados desconfiados que necesitaba sumar. La primera prueba de ese esquema ocurrió este martes, cuando el ministro de Trabajo Jorge Triacca y el secretario de Coordinación Mario Quintana se reunieron con la CGT para contener el frente sindical.

 

Por ahora se desconocen las fechas y las formas de cada encuentro, pero la única certeza es que Abad jugará un papel preponderante para rebatir los argumentos que puedan librar algunos interlocutores de peso como el ex ministro de Economía y diputado del FpV Axel Kicillof, o su colega del Frente Renovador Marco Lavagna. Para Peña y Frigerio, Abad tendrá un rol "fiscalizador" para controlar el debate segmentado que ambos ministros se negaron a detallar, pero que por la tarde deberán explicar informalmente a las dos Cámaras del Congreso mediante sus principales senadores y diputados.

 

NOTA EN PROGRESO.

 

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