Elecciones 2017

El kirchnerismo comienza a pulir su estrategia política

Arma una mesa nacional, aunque no la formalizará. Busca construir el Frente Ciudadano que impulsa CFK, con expresiones duras del sindicalismo y militancia universitaria. La prioridad: ganar la calle.

Con el mandato de construir un Frente Ciudadano, el kirchnerismo comienza lentamente a darles forma los espacios de decisión en el Frente para la Victoria, con una estrategia que equilibre la representación sectorial y la movilización callejera.

 

“No hay nada formal”, responden cristinistas puros ante la consulta sobre una versión escuchada durante las últimas semanas, que sostiene que el FpV avanza en la conformación de una mesa federal que tienda a reorganizar la tropa.

 

Sin embargo, el armado avanza con el objetivo de seleccionar a los dirigentes que encarnen una conducción táctica -la estratégica la controla Cristina Fernández de Kirchner, aclaran- para ordenar nombres y voluntades de cara a 2017.

 

Si hasta diciembre pasado esa segunda línea se compuso de ministros, intendentes y diputados o senadores, la nueva etapa que abrió la derrota electoral exige un representación sectorial y plural más volcada a una estructura frentista que a un gabinete, apunta un dirigente que hoy ocupa una banca en la Cámara de Diputados.

 

“La intención es sumar dirigentes que representen sectores, no sólo las organizaciones que surgieron durante el kirchnerismo”, señala la misma fuente, que asegura que el protagonismo exclusivo de esos espacios está agotado.

 

Las reuniones que sostiene Cristina casi diariamente en el Instituto Patria fueron el germen de la reunión que a fines de septiembre juntó a buena parte de los referentes que le darían forma más a un espacio de síntesis sectorial que a una mesa de conducción.

 

Allí confluyeron uno o dos integrantes de la Corriente Sindical Federal, el espacio que conduce el bancario Sergio Palazzo; el intendente de Resistencia, Jorge Capitanich; el santafesino Agustín Rossi, el radical Leopoldo Moreau y algunos de los principales dirigentes de Kolina, Nuevo Encuentro, La Cámpora, Miles TTT y Peronismo Militante, entro otros.

 

El encuentro se volvió a repetir este jueves en una quinta de Ituzaingó, donde se sumaron los intendentes Jorge Ferraresi (Avellaneda) y Mario Secco (Ensenada), el banquero Carlos Heller y el socialista Jorge Rivas.

 

Según el acuerdo no escrito, cada dirigente asumió la responsabilidad de reunir y representar a su sector, a la vieja usanza de las estructuras clásicas partidarias que en el peronismo se manifestó particularmente en la representación por ramas.

 

Más allá de este primera reunión, aclaran que no está en los planes formalizar ningún esquema ya que, en un escenario que definen como “abierto e incierto”, provocaría un cierre del espacio, que es el efecto contrario al que buscan.

 

La composición diversa y la informalidad de la virtual conducción táctica van en sintonía con los planteos volcados por Cristina en sus últimos actos en el área metropolitana, donde otra vez convocó a construir un frente social y político.

 

En La Plata, el protagonismo lo tuvieron los estudiantes. En la Ciudad de Buenos Aires, los militantes radicales. En Quilmes, los rectores de universidades nacionales del conurbano y los actores de la comunidad educativa.

 

En todos esos actos, a diferencia de los patios militantes y con la intención de hacer carne la construcción de “una nueva mayoría”, se prioriza que en la cercanía del escenario se ubiquen figuras relativas a la convocaría, militantes de segundas y terceras líneas. El lugar de los dirigentes políticos, en cambio, es en las gradas periféricas al palco y el de las organizaciones, en las inmediaciones de los estadios donde se ubican pantallas para seguir los discursos.

 

PEJOTA. La incógnita es qué relación habrá con la estructura del justicialismo y, en especial, con Daniel Scioli. El ex gobernador es prácticamente el único dirigente del PJ que se despegó de la estrategia partidaria y se mostró con Cristina desde la renovación de la cúpula partidaria.

 

“Con Scioli los acuerdos siempre fueron en el plano electoral, no en la construcción de una fuerza. De todas maneras, si quiere participar, participa”, grafica un dirigente que viene encabezando algunos de los actos que se realizan cada fin de semana en la provincia de Buenos Aires.

 

A principio de año, cuando empezaron estas actividades, denominadas plazas del pueblo, que organizan las agrupaciones más cercanas a CFK, el peronismo comentaba con sorna el tránsito del palacio a la calle.

 

Sin embargo, la realidad es que esas convocatorias no solo se sostuvieron sino que se intensificaron frente a un justicialismo más enfrascado en las roscas palaciegas que en una disputa del electorado silvestre y del espacio público.

 

De hecho, la única fuerza que en las antípodas del kirchnerismo ha trabajado "la calle" fue el PRO, con los circunstanciales y guionados timbreos que ofrecen más resultados mediáticos que políticos.

 

Florencio Varela, San Martín, Quilmes, Mar del Plata y Olavarría son los distritos bonaerenses donde los principales referentes de la organización que conduce Máximo Kirchner, y el propio hijo de la ex presidenta, se mostraron durante las últimas tres semanas en actos en los que reunieron no menos de mil personas en cada uno.

 

El plan es que esa presencia territorial asumida ya como parte del Frente Ciudadano se entrelace con la acción en los diferentes sectores del frente a construir.

 

A saber, la marca personal sobre las estructuras sindicales se proyecta principalmente a través de la presión interna que ejerce el núcleo que lidera Palazzo dentro la CGT, que se complementa con la agenda de lucha que desarrolla la CTA que conduce Hugo Yasky, integrante de la mesa nacional de Nuevo Encuentro.

 

LOS PIBES. Al mismo tiempo, de la mano de los buenos resultados conseguidos en universidades y federaciones universitarias en diferentes puntos del país, el movimiento estudiantil, esquivo al kirchnerismo durante la última década, acelera su protagonismo como opositor a los planes oficiales de ajuste educativo.

 

Pese a la magra participación en las movilizaciones impulsadas por los movimientos sociales, la tropa de Cristina compensa esa ausencia desde el parlamento, donde, pese a los planes del justicialismo para volver a fracturar el bloque de diputados, el FpV-PJ sigue siendo el principal bloque opositor en términos numéricos, pero sobre todo políticos.

 

De esta manera, la apuesta de reagrupamiento del kirchnerismo empieza a decantar en dos planos definidos: un canal subterráneo que apunta a recomponer las conducciones sectoriales y otro público y masivo que demuestre capacidad de movilización y de disputa en la calle.

 

Alex Wahnish, el rabino de Javier Milei. 
Pullaro, el ministro Cococcioni y la secretaria de Asuntos Penitenciarios. Con más de 1.800 celulares incautados en requisas en las unidades penitenciarias santafesinas.   

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