Ciudad

Luego de evadir preguntas sobre Iron Mountain, Centurión cerró otro centro cultural

La AGC clausuró este jueves El Surco de Boedo y reflota el temor de los centros culturales a tener que cerrar sus puertas por la política represiva del Gobierno de la Ciudad.

A poco más de cinco meses de que todas las fuerzas políticas de la Legislatura porteña aprobaran en primera instancia el proyecto de ley que regula la actividad de los centros culturales en la Ciudad de Buenos Aires, el Gobierno de Mauricio Macri renovó su política persecutoria contra la cultura popular. La Agencia Gubernamental de Control, dirigida por Juan José Gómez Centurión, clausuró este jueves por la noche el centro cultural El Surco de Boedo y, naturalmente, inhabilitó todas sus actividades. El centro social ubicado en Boedo 830 desarrolla diversas actividades que el Gobierno de la Ciudad ahora decidió prohibir: talleres de educación popular para niños y niñas del barrio, apoyo escolar, recreación, juegoteca, clases de danza, pintura y yoga.

 

La clausura de la AGC parece ir en contra de la decisión del Parlamento porteño y de todos los legisladores de la oposición de fomentar la cultura alternativa barrial y trabajar para la creación de un marco legal que contemple la figura de “centros culturales” en el Código de Habilitaciones y así evitar el cierre de estos espacios, que en 2014 alcanzó una cifra récord. Como informó este medio, el 18 de diciembre del año pasado la Legislatura porteña dio primera sanción al proyecto de ley consensuado entre todas las fuerzas políticas, pero que empezó a trabajarse diez años antes por iniciativa propia de los centros culturales agrupados en el Movimiento de Espacios Culturales y Artísticos (MECA).

 

El Surco pertenece a la agrupación política Seamos Libres, que tiene como dirigentes más reconocidos al legislador Pablo Ferreyra y a su secretario General, Jonathan Thea. Seamos Libres fue el partido político que comenzó el debate en el Parlamento porteño y que más trabajó por la sanción de la ley que resta que sea aprobada en segunda lectura. El cierre del histórico centro cultural de Boedo generó el repudio de sus autoridades, pero también de muchos sectores de la cultura y de la política que cargaron duro contra Gómez Centurión y su política persecutoria amparada por el titular del Poder Ejecutivo de la Ciudad, Mauricio Macri.

 

El lunes, el funcionario porteño asistió a la Legislatura porteña a dar explicaciones acerca del accionar de la AGC en el incendio del depósito de la empresa Iron Mountain que dejó un saldo de diez muertos y un sinfín de preguntas sobre la capacidad de control del Gobierno porteño. Gómez Centurión expuso en el marco de la Comisión de Desarrollo Económico y dejó más dudas que certezas. En esa oportunidad, Ferreyra le consultó por qué la AGC es tan efectiva para encontrarle el “pelo al huevo” a los espacios culturales independientes y “tan poco eficiente para los predios de las grandes empresas”. En esa reunión de comisión no sólo llamó la atención la obsesión del funcionario PRO por desprenderse de responsabilidades, sino que también provocó un cierto revuelo la “actitud pasiva” del bloque radical que integra el interbloque Eco y que no hizo ni una sola consulta a Gómez Centurión.

 

“La clausura de la AGC a El Surco no es parte de ningún protocolo de inspecciones. Lo clausuraron por una orden política de persecución. Centurión no soporta el nuevo rol de la juventud como sujeto activo de cambio”, manifestó el diputado de Seamos Libres Pablo Ferreyra. “El PRO dice que gestiona cultura, vota a favor de una ley de centros culturales, y en paralelo los clausura. Todo un gesto del doble discurso”, evaluó el dirigente de Seamos Libres Marcos Fernández.

 

 

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