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Coronel Rosales cumple 67 años de autonomía

Con motivo del homenaje al partido en su conmemoración a la fecha fundacional, Letra P habló con Juan Luis Echegaray, un hombre de 75 años que arribó a la ciudad a los 18 años, en 1955, donde comenzó a desempeñar un papel en la Base Naval Argentina y en los ratos libres se dedicaba al folclore lo que lo llevó en 1965 a inaugurar lo que hoy lleva el nombre de Centro Cultural Peña Folclórica Indio Fermin y allí desempeña el rol de director.

El profesor de danzas comenzó a explicar que “soy oriundo de San Juan y llegué en 1955 a prestar servicios en la Armada, en aquel momento me encontré con una pequeña ciudad, tendría aproximadamente 30 mil habitantes y era chiquita, con casitas chatas, que me llamaba la atención porque veníamos de estudiar en la capital”.

 

Y continuó con su relato, “en un principio parecía un desierto, pero cuando entramos en la Base Naval fue algo muy impactante para nosotros, era imponente ver los buques que había y allí comenzó mi labor como militar, trabajando por varios años hasta 1984, momento en que me retiré de la armada”. A la par de su trabajo, sobre todo en los momentos donde no estaba en actividad, “realizaba otra actividad que se llama folclore, que yo traía en la sangre porque se bailaba en mi familia y pude desarrollar una tarea organizando peñas, cuerpos de baile y así llegué a formar una institución que se llama y sigue llamándose, a pesar de que con el tiempo se vaya disolviendo por razones diversas, Peña Folclórica Indio Fermin, y que hace aproximadamente 18 años la transformamos para que tuviera continuidad mayor, en un centro cultural, porque le agregamos grupos de teatro, grupo de bailes de tango y con ello elaborando espectáculos que los manejábamos en nuestra ciudad y en la zona por el placer de mostrarnos ante la gente”.

 

A continuación, explicó que “el tiempo pasó y con él, llegaron tiempos difíciles y lógicamente mucha gente perdió el ánimo para seguir, se encerró en sus casas, además los jóvenes presentan un aprendizaje más rápido, y cambia la mentalidad de la sociedad, no es que cambia el sistema”, y se mostró descontento porque “la gente por diversas razones fue perdiendo esta práctica porque los tiempos cambiaron, de todas maneras, viví cosas muy lindas en Punta Alta, colaboré socialmente y con las instituciones a medida que la gente iba haciendo progresar la ciudad paso a paso”.

 

Luego, pasó a describir cómo es la ciudad en este momento, “hoy tenemos 62 mil habitantes, llegamos a ser 70 mil en los años ’90, momento en que se produce el problema económico con Alfonsín y como somos un partido que depende pura y exclusivamente de la labor principal de la Base Naval Puerto Belgrano, en ese momento empezó a decrecer el trabajo y se despidió mucha gente, y por eso, perdimos alrededor de 20 mil habitantes”. Pero luego explicó que “ahora nos estamos recuperando nuevamente y estamos en 62 mil habitantes lo cual te indica el espíritu de los vecinos de permanecer en la localidad, a pesar de que existe una única fuente de trabajo”.

 

Paralelamente mencionó que “es un pueblo que tiene su cultura, como producto de las migraciones internas del país que se mimetizan con los nativos, y su gente que se forma en los distintos colegios y centros de arte de donde salen personalidades reconocidas tanto a nivel nacional como internacional”.

 

Actualmente, “se está viendo la posibilidad de una salida económica con este potencial que tiene nuestra ciudad que es el Puerto Rosales, que existe desde hace 100 años y que nunca terminó de construirse porque fue absorbido por el puerto de Bahía Blanca, ya que cuenta con una estructura importante portuaria y, lógicamente, los grandes capitales se instalan allí”. Casualmente, hoy “se empieza a calar el puerto que tenemos que es un murallón de profundidad importante para que ingresen buques tan importantes como los que ingresan en Bahía Blanca”.

 

Y procedió a relatar el momento de mayor auge del Centro Cultural, “desde el año en que comencé en la Capital Federal a adquirir algunos conocimientos en folclore, comencé a incorporar el nuevo estilo en la institución que habíamos conformado, y en ese momento es que alcanza el mayor resplendor”, además sostuvo que “teniendo cerca de Bahía Blanca, una ciudad más grande que la nuestra, fuimos parte, como ellos lo dicen ‘ustedes fueron la escuela de nosotros en materia de folclore’”, y afirmó que lo que enseñaba “era un estilo parecido al del ‘Choclo’ que a mi siempre me encantó”.

 

En ese mismo sentido, dijo que su organización “tuvo un gran renombre, llegó a tener más de 125 alumnos en una ciudad en la cual habían 4 o 5 peñas, y la actividad no resultaba tan importante como para que hayan tantas peñas, ni que, una como la nuestra, tuviera tanta participación como tenía”, y mencionó que “fue hermoso, no solamente para Punta Alta, sino para toda la región”.

 

Y a la vez, expresó que “consideramos que otro de los motivos por los que tuvo tanto éxito en ese momento, es porque la sociedad vivía de otra manera muy diferente a lo que sucede ahora, antes la gente trabajaba, te estoy hablando de la década del ’60 hasta el ’84, cuando ya empezó a desaparecer el interés por lo que estábamos haciendo, porque surgieron otras formas de vida a partir de la masificación de los medios de comunicación y, sobre todo por la televisión que nos empezó a llevar a las nuevas generaciones por otros caminos”.

 

El Centro Cultural es una de las instituciones más antiguas de Coronel Rosales, y a pesar del tiempo, de los cambios coyunturales, de los alejamientos de muchas personas, de los cambios de intereses, perdura, continúa con sus actividades respetando la misión y los valores con los que se desenvolvió todos estos años.  Echegaray, contó que “fue reconocido por la comunidad y por la municipalidad, a través de diversos premios que tenemos guardados, lo cual nos dice que hemos colaborado y los recuerdos han quedado en la gente, tal es así que al encontrarnos con distintas personas, sobre todo personas mayores, recuerdan todo lo que hicimos con gran cariño”.

 

Además destacó que “hemos trabajado para las escuelas, para jardines de infantes, hemos estado en los principales actos de Punta Alta, así también como en el centenario de la ciudad y de algunos colegios, que en este momento se están produciendo muchos”, y agregó que “colaboramos también en la coordinación de los festejos por el bicentenario de nuestra libertad, siempre estuvimos aportando nuestra tarea, ya sea como institución o personal hacia todo lo que hace la comunidad y su actividad cultural, de vocación y conmemoración”.

 

Por otra parte, explicó a este portal el nombre que recibe el Centro Cultural, y afirmó que “se debe a que Fermín González Ancalagui le rinde homenaje a quien fue uno de los primeros habitantes de la región que fue sobrino del indio Rafael Ancalau en 1870 más o menos, le dio al Gobierno de Bahía Blanca y esta región, lo que hoy en día es Coronel Rosales y la Base Naval, a él y a los casiques pilares, les repartió la tierra pero para que lo tuvieran como una estancia”.

 

Continuó narrando que “cuando llega el momento de fundar el Puerto Belgrano, a los indios se los retira de las tierras y ellos se van, la mayoría se dirige hacia Río Negro donde se radican, pero el indio Fermín que en aquel momento tenía unos 40 años, permanece en Punta Alta queriendo luchar por esas tierras de las que lo habían despojado”. Y él “habló con Gobernadores que vivieron en esa época para recuperar las tierras, aunque lamentablemente nunca pudo”, por eso “entró a trabajar a la Base Naval, cuando se comenzó a construir el puerto, participó con alguno de los indios de las tribus, según me han comentado los más longevos de la zona, los indios de estas tribus son los primeros que perdieron la vida cuando comenzaron a construir los diques y los piletones”.
Prosiguió, “fue pasando el tiempo y Fermín se convirtió en ese individuo que se amlagamó con el correr del tiempo con una sociedad que no era heterogénea porque estaba compuesta por Italianos, Franceses, Alemanes que pasaron de trabajar en la construcción del puerto de La Plata, a éste” a su vez, le rinden homenaje por su personalidad ya que en 1939, según indicó el director de la organización, “habló con Edelmiro Farrel y luego con el General Perón, todos lo palmearon, le dieron diferentes recuerdos, una guitarra, un bastón de oro, y así entregándole el símbolo de un poder que nunca tuvo y, finalmente murió el 26 de mayo de 1959 siendo el primer indio jubilado, de lo que se sentía muy orgulloso”.

 

Considerando esa historia, es que “cuando nosotros fundamos esta peña, en 1965, le pusimos el nombre del Indio Fermín para recordar a este individuo que además era un criollo que, a su manera cantaba y tocaba la guitarra”.

 

Finalmente, subrayó que “con estos 67 años de autonomía que cumplimos esperamos que las cosas mejoren, algo tiene que mejorar y creemos que el potencial es el puerto” que hoy comienza a construirse, además informó que “vamos a festejar el aniversario conjuntamente con nuestros bomberos que cumplen 85 años también desde el momento en que se fundó en Punta Alta”.

 

Abella corre y vuelan los pedidos de informes.

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